Un enfrentamiento entre dos clanes rivales en una cárcel de Manaos, capital del estado de Amazonas, terminó ayer en masacre, con al menos sesenta muertos, un suceso que dejó patente la guerra por el control de las cárceles en Brasil.
La sublevación comenzó en el Complejo Penitenciario Anísio Jobim (Compaj) en la tarde del domingo, cuando miembros de Familia do Norte (FDN), que mantienen el control sobre la prisión, iniciaron una disputa con integrantes del Primer Comando de la Capital (PCC), que mantiene el poder en la región de Sao Paulo.
La sublevación dejó un reguero de sangre en el presidio, donde decenas de personas fueron brutalmente asesinadas -con descuartizamientos y decapitaciones- y amontonadas en diversas áreas comunes del complejo, situado en las afueras de Manaos.
La mayoría de los asesinados durante el motín son integrantes del PCC, a quien la FND quiso mandar un ‘recado‘ sobre su poder en la región, según informó el secretario de Seguridad Pública del estado, Sergio Fontes.
‘Sólo hubo muertes en un lado. La FDN masacró a los supuestos integrantes del PCC y algún que otro preso. No hubo contrapartida de la otra facción‘, precisó.
Para el secretario, la ‘masacre‘ fue ‘un capítulo más de la guerra silenciosa‘ que el narcotráfico impone en Brasil. La Secretaría de Seguridad Pública de Amazonas confirmó que se trató de la ‘mayor masacre del sistema de prisiones‘ de la región y la principal matanza entre presos de la historia de Brasil, cuyas cárceles viven una situación crítica.
La pelea de 17 horas comenzó en la tarde del domingo y culminó ayer por la mañana, dentro del Complejo Penitenciario Anísio Jobim (Compaj), que alberga a 2.230 personas pese a tener capacidad para solamente 590.
Al cabo de la pelea, las autoridades confirmaron que hubo 60 muertos y que varios cadáveres fueron encontrados decapitados, mutilados o calcinados. La prensa local informó que 89 presos se escaparon de la cárcel.
Según autoridades, más de 70 presidiarios fueron tomados como rehenes y muchos de ellos luego asesinados. Además, 12 funcionarios fueron tomados de rehenes. Algunos medios de comunicación locales señalan que los muertos en el Complejo Penitenciario Anísio Jobim (Compaj) podrían a ascender a 80.
Añadió que seis cuerpos sin cabeza fueron lanzados hacia el exterior por encima de los muros del presidio.
La revuelta estalló a la hora de las visitas, cuando varios presos recibían de sus familiares el saludo de año nuevo.
Las autoridades de Brasil reciben desde hace años múltiples críticas por el estado de hacinamiento que reina en las grandes prisiones del país y por la falta de controles para evitar estallidos de violencia en los centros de detención.
El secretario de Seguridad Pública resaltó que la riña en Manaos es una muestra de la ‘guerra‘ que las facciones criminales han iniciado en busca de su ‘espacio‘ a nivel nacional, tanto dentro como fuera de los presidios.
La tensión se ha intensificado en algunas cárceles de Brasil tras la ruptura el pasado año entre el PCC y el poderoso Comando Vermelho, una banda criminal que controla el tráfico de drogas en Río de Janeiro y que es aliada de la Familia do Norte en la región de Amazonia. Efe y Télam