Padre e hija. El exespía ruso Serguei Skripal y su hija Yulia, que fueron envenenados con un agente nervioso.

 

 

Mientras persiste un conflicto diplomático por el envenenamiento de un exespía, Rusia afirmó que EEUU y Gran Bretaña buscan impedir el Mundial de Fútbol.

Según reprodujeron ayer varios medios digitales argentinos, la vocera de la Cancillería rusa, María Zajarova, afirmó en una entrevista por TV emitida ayer que “el principal objetivo” de los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña es “sacar a la Copa Mundial de Rusia”. Acusó a los países occidentales de querer boicotear ese campeonato.

El Reino Unido de Gran Bretaña ha castigado a Rusia (a la que acusa de estar detrás del ataque con un agente químico al exespía ruso Serguei Skripal y su hija Yulia, el 4 de marzo en la ciudad británica de Salisbury) con la expulsión de 23 agentes y diplomáticos. Y la familia real británica anunció que no irá al Mundial que se realizará en Rusia del 14 de junio al 15 de julio próximo. Sin embargo, no hay, al menos hasta el momento, ninguna decisión por parte del equipo de fútbol británico de boicotear el campeonato, que estará en el centro de las miradas desde todo el mundo.

Serguei Skripal sigue internado en estado gravísimo tras el envenenamiento con el agente nervioso Novichok.

En la entrevista con el Canal 5 de la televisión rusa, citada por la cadena BBC, Zajarova dijo: “Mi impresión es que lo que a todos les preocupa es sacar al Mundial fuera de Rusia. Usarán cualquier medio”. Y agregó: “Sus mentes están pensando sólo en esa pelota, y en que Dios impida que toque un campo de fútbol ruso”.

Según informó ayer la agencia oficial rusa RIA Nóvosti, los 60 diplomáticos rusos expulsados por Estados Unidos en solidaridad con el Reino Unido por el caso Skripal han regresado todos a Rusia.

Los diplomáticos y sus familias, un total de 171 personas, volvieron al país a bordo de dos aviones enviados con ese fin por las autoridades rusas.

El caso desató la más fuerte crisis diplomática entre Moscú y Occidente desde la época de la Guerra Fría. Pocos días después de que Skripal y su hija fueran encontrados inconscientes en un banco de una vereda de Salisbury y se descubriera que habían sido envenenados con un agente tóxico desarrollado por la ex Unión Soviética (actual Rusia), la primera ministra británica Theresa May declaró que el ataque constituye “un uso ilegal de la fuerza por parte del Estado ruso” contra Gran Bretaña. “Esta relación (con Rusia) no puede seguir su rumbo actual”, expresó May.