El atentado que estuvo a punto de costarle la vida a Juan Pablo II, del que se hoy se cumplen 30 años, sigue envuelto en cierto halo de misterio sobre quien había detrás del turco Ali Agca, que disparó varios tiros contra el Papa Karol Wojtyla en la plaza San Pedro el 13 de mayo de 1981.
Según Italia, los servicios secretos búlgaros y la KGB soviética estuvieron detrás del complot, sin embargo Agca acusó al Vaticano, de orquestar la agresión.
El vespertino vaticano L’Osservatore Romano dice que este atentado, junto con el asesinato de John F.Kennedy, representa el "nivel más alto" al que el terrorismo llegó en el pasado siglo. "Fueron atacados los principales símbolos del poder: el político y el religioso".
"El atentado contra Juan Pablo II demuestra la importancia alcanzada por él en el último siglo", señala el diario, que además resalta que en la fase de máxima secularización de la sociedad occidental, la figura de Karol asumió un papel importante. "Wojtyla se erigió por su papel político en la lucha contra el comunismo", asegura el órgano de prensa vaticano.
A las cinco y diecisiete minutos de aquel 13 de mayo se produjo el ataque, cuando Karol Wojtyla celebraba la audiencia general de los miércoles. El terrorista Agca, le disparó 4 tiros, de los cuales 2 lo alcanzaron.
Uno le hirió en la mano izquierda, le perforó el bajo vientre, atravesó el hueso sacro y se incrustó en el piso del "papamóvil". El proyectil pasó a pocos milímetros de la arteria aorta y rozó la espina dorsal del papa. El otro proyectil le rozó un codo e hirió a 2 mujeres.
Cuando Juan Pablo II visitó a Agca en la cárcel, éste le preguntó por qué no había muerto si él era un buen tirador y había apuntado al pecho. "Porque usted no tuvo en cuenta a la Virgen de Fátima", le respondió Karol.
En este marco L’Osservatore, indica que Juan Pablo II siempre mantuvo que una mano -la de Agca- le disparó y otra -la de la Virgen- desvió la bala.
El atentado, según el Vaticano, había sido anunciado por la Virgen de Fátima a los pastorcillos, a los que, según la tradición, se apareció en 1917 y formaba parte del "Tercer secreto de Fátima", que también incluía la lucha del comunismo contra los cristianos. Sin embrago, al cabo de 30 años, sigue sin saberse quien indujo el ataque.
La comisión Mitrokhin, establecida en 2002 por el Parlamento italiano para investigar el atentado, concluyó que los servicios secretos búlgaros y la KGB soviética (agencia de inteligencia) estuvieron detrás del complot. El argumento era que el apoyo de Juan Pablo II al movimiento Solidaridad, en Polonia, amenazaba la hegemonía soviética en Europa del este. Tiempo después, el turco acusó al secretario de Estado del Vaticano, Agustino Casaroli, de orquestar la agresión.
Sobre esto, Agca dijo que ni la CIA norteamericana ni la KGB conspiró contra el Papa, aunque aseguró que se creó esa pista para ayudar a hundir a la Unión Soviética.
Después de pasar casi 30 años en la cárcel, Agca fue liberado el lunes 18 de enero de 2010, y en sus declaraciones para la televisión turca, explicó que "El Vaticano estuvo detrás del intento de asesinato. Casaroli, el segundo hombre en el Vaticano, decidió esto".
Además en sus declaraciones, subrayó también el Santo Padre, no le preguntó nada sobre la autoría del atentado, porque según Agca, Wojtyla "sabía que el Vaticano estaba detrás de ello".