Buenos Aires, 24 de junio.- El nuevo presidente paraguayo hizo estas declaraciones para Radio Mitre de Argentina. Según declaró, atendió la comunicación para explicar lo que sucede en su país. "Lo del plazo, lo reconozco… se ha hecho de una forma muy rápida, pero por lo demás, se respetó todo para un juicio político", aseguró.

"Esta es una situación absolutamente constitucional. Queremos contactar con la cancillería argentina. Para mí, lo más importante es explicar y tranquilizar al pueblo paraguayo. Estoy buscando al presidente Lugo para que ayude a explicar que, independientemente, de todo lo que podría interpretarse internacionalmente, aquí hay un país que necesita seguir adelante", afirmó.

Franco explicó que quiere, lo antes posible, hablar con la presidente de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, que este sábado 23 de junio retiró a su Embajador del Paraguay y no reconoce su Gobierno. "Quiero expresarle nuestro compromiso, aquí prima el Estado de derecho, hay libertad absoluta", dijo.

El presidente paraguayo intentó separarse del proceso que destituyó a Lugo. "Mi única función es la de reemplazar al presidente. No me incluya en las acusaciones del juicio porque aquí hay tres poderes y si me incluyen están faltando a la verdad", advirtió.

Cuando se le preguntó por el descontento regional, Franco intentó explicar lo sucedido. Según su visión, el juicio se hizo tan rápido que "sorprendió" a todos y "eso dio pie a las confusiones".

"Incluso yo hice gestiones para que se hiciera de manera clara para que no hubieran dudas. Yo no quiero quedar como alguien que accedió a la presidencia por un atajo", admitió.

El nuevo canciller de Franco justificó la destitución de Lugo

"El Parlamento tomas decisiones soberanas", defendió el flamante canciller paraguayo José Fernández Estigarribia en declaraciones con la emisora argentina Radio 10, y explicó que Lugo no tenía "una aplastante mayoría" en el Congreso.

"Él ganó con el voto liberal, la fuerza mayoritaria de la alianza, pero Lugo fue perdiendo ese apoyo", afirmó el ministro de Relaciones Exteriores.

Asimismo, negó que la situación sea comparable a los levantamientos que sufrieron Manuel Zelaya en Honduras y Rafael Correa en Ecuador: "En Honduras, las fuerzas militares sacaron al presidente de su casa en pijamas, lo subieron a un avión y lo dejaron en otro país. En Ecuador, fue la policía".