El llamado de 12 de los 18 candidatos presidenciales a anular los comicios de ayer por un presunto "fraude masivo" por el que culparon al mandatario René Preval y los disturbios en centros de votación en varios puntos del país empañaron una jornada que ya aparecía condicionada por la extrema pobreza y las catástrofes que azotan a Haití.
La denuncia de los postulantes y el aparente desacuerdo entre los observadores internacionales y los jefes de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití terminaron de dificultar un proceso electoral delicado y lento, ya que estaba previsto que los resultados oficiales de la compulsa de ayer se conozcan sólo el 7 de diciembre.
Al menos tres centros electorales en Puerto Príncipe abrieron con entre cuatro y seis horas de retraso respecto del horario oficial y un periodista extranjero aseguró que había visto en Cité Soleil cómo la jefa de una mesa abría sobres antes de que los ciudadanos los metieran en la urna y si el voto no era por una fórmula determinada, los rompía.
