En la madrugada del lunes, Ricardo Daniel Carías, conocido artísticamente La Tota Santillán, murió en su hogar de Castelar a los 57 años. Dos días después de su fallecimiento se llevó a cabo el entierro en el Cementerio Las Paredes en Esteban Echeverría y sus familiares cumplieron el último deseo del histórico presentador de la movida tropical.

A lo largo de su carrera, Santillán realizó muchos proyectos, pero el que más lo marcó fue ser el presentador de Rodrigo Bueno, quien se convirtió en un gran amigo y en un improvisado socio artístico. Compartieron entrevistas, estudios de televisión y escenarios, y es la voz de la Tota es la que se escucha en la mítica apertura del disco en vivo A 2000. “Ro, Ro, Ro, Ro, Rodrigo Carajo”, vocifera el animador ante el delirio del público como previa a “Yerba Buena”, uno de los himnos del cuartetero.

A partir de hoy, los dos estarán unidos en la eternidad. “Por pedido de la Tota va a ser enterrado a metros de su amigo el Potro Rodrigo”, contó el cronista Alejandro Guatti en Intrusos (América TV) acerca del lugar final de descanso de la Tota. Su hermano Horacio fue el encargado de cumplir este último deseo y al aire del programa de América expresó todo el dolor que siente por la pérdida: “Estoy partido. No sé ni a dónde estoy. Es muy feo. Lo único que tengo para decir es que lo dejemos descansar en paz”, manifestó, alejado de cualquier polémica. “Hablar de lo que pasó o lo que no, ya está. Por favor, que descanse en paz”.

El lunes por la noche Horacio habló con LAM acerca de las causas de su muerte: “Fue un accidente. Él siempre estuvo acompañado, pero en este momento no… Estaba solo. Él bajó, seguramente fue así, porque yo conozco hasta cómo respira, porque yo viví mucho tiempo e iba a volver a vivir con mi hermano otra vez”, afirmó el hombre. Y siguió con su relato: “Él toma pastillas para dormir, ¿entendés? Entonces, una persona que está empastillada, qué sé yo… Vos lo llamás a medio camino de dormir o descansar, y lo más lógico es que va a estar así, abombado, y qué sé yo, y se ve que no pudo… Él bajó porque vive en el primer piso y bueno, no ha podido con lo que estaba pasando…”, contó hasta que ya no pudo seguir por las lágrimas.

Durante las primeras horas de la mañana del martes se llevó a cabo el entierro del presentador, donde sus familiares y amigos cercanos se acercaron para despedirse por última vez del hombre. Aquellos que fueron parte del cortejo fúnebre lo hicieron portando flores, cuadros y remeras en honor del conductor de A pura música.

Su hijo Leandro llegó en un auto de color gris con un cuadro de su padre en las manos, acompañado por su tío Horacio y su pareja. Si bien muchas personas se presentaron para este último adiós, el hermano de Santillán se mostró dolido por algunas de las ausencias: “Se lo escuchaba muy afectado porque las personas más cercanas a él sabían lo generoso que había sido con muchas personas. En el momento de esplendor fue muy generoso”, contó Flor de la V.