Fue la primera candidata en salir ante cámaras. Modelo, ganadora de concursos de belleza, 20 añitos, despegaba de la categoría "gato base" y emanaba ambición. Sólo le hacía falta -a gusto del interesado- un detallito: más lolas. Así que él pagó por unos 95 discretos, pero flamantes y express. Entonces sí, Erika Mitdank estaba lista. Como si fuera una versión moderna de Cenicienta, la rubia de nombre top (detalle importantísimo, porque un Gladys, sin ofender, no suena cool), se convirtió en la flamante novia de Ricky Fort y el lunes pasado, apasionado beso mediante, oficializaron en el plató del circo tinelliano. Fue amor a primera vista, aseguró casi tartamudeando el chocolatero, que con el corazón colgando en sus manos (las de ella, claro), puso intempestivo punto final al casting de novias, cuando -según Tinelli- todavía quedaban varias haciendo cola para "vivir la vida a full". Bien tuneada y emperifollada a lo "high society", Erika (cuyo nombre consta en actas, después de todo, ¡quién resiste un archivo!) puso bajo la alfombra sus noches de Esperanto y se limitó a ejercer su rol de amorosa partenaire.
"Mi corazón tiene dueño", dijo chocho con su chiche nuevo Fort. Y para las que se quedaron con cara larga, abrió nuevo concurso, para ser parte de su Fortuna 2, en Mardel (a propósito, interesadas bonitas y con cualidades artísticas, escribir a lachicafort@ideasdelsur.com.ar).
Así llegó a su fin la historia que comenzó cuando, con supuesto conocimiento de causa, "La Niña" Loly ventiló que Ricky paga para que le hagan de novias, como parte de un combo laboral. Hoy, a un par de semanas de eso, habemus novia. Y colorín colorado… ¿habrá terminado?

