Absorta por lo que veía en escena, una joven de unos 16 años no movía ni un músculo mientras seguía a los 22 bailarines que interpretaban la exigente coreografía de Mauricio Wainrot para el O Fortuna inicial de Carmina Burana, que se presentará en el Teatro del Bicentenario el 21, 22 y 23 de octubre. Como ella, el resto de los asistentes a la primera visita artística que habilitó el TB disfrutaron de una experiencia singular que les permitió conocer detalles de cómo se monta una producción que ensambla en vivo la danza, canto lírico, coros y orquesta sinfónica. "Descubrí Carmina Burana: su coreografía y su danza" titularon a la visita gratuita que se repetirá los viernes 7 y 14 de octubre a las 18 hs -con reserva en el sitio del teatro-, que tuvo cupo completo en su debut. 

Un guía recibió al grupo en el foyer de la sala principal y les brindó los primeros detalles de la obra de Carl Orff, curiosidades sobre los poemas goliardos que la componen y lo que significa su nombre. Luego, y a diferencia de otras visitas artísticas donde suelen hacerse varias paradas en distintos talleres o salas de ensayo para hablar de la producción en cuestión, esta vez el ballet protagonista de la obra recibió a los visitantes desde el escenario. Con ropa de ensayo, el elenco estaba realizando una clase de calentamiento para después poder mostrar un adelanto de lo que se verá en el estreno. 

Ya acomodados en las butacas, el grupo fue recibido por la directora general y artística del TB, Silvana Moreno, que les presentó a dos de los repositores, la bailarina sanjuanina y directora del Programa Danza del TB, Victoria Balanza y el bailarín y coreógrafo Diego Poblete, codirector del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín (Buenos Aires). Y ahí comenzó el intercambio. Los asistentes pudieron interactuar con los repositores y obtener respuestas a sus inquietudes.

"¿El director alemán tiene que dar el Ok a la puesta?" preguntó un señor desde la segunda fila. Poblete contó que están en contacto permanente con el maestro Wolfgang Wengenroth, quien llevará la batuta de toda la puesta, a quien le han mandado videos de los ensayos para que pueda familiarizarse con la coreografía. "¿Cuántas horas ensayan?" consultó otro visitante. Todo fue respondido y con detalles de lo que implica poner en escena una obra tan compleja y exigente desde lo físico. 

Balanza destacó ante el público que es la "primera vez que esta obra se hace con un elenco concertado y no con una compañía oficial", algo con lo que Wainrot estuvo de acuerdo. Además dijo que para el programa que dirige desde 2017 "es muy importante la efectivización de una obra de esta magnitud, porque que hoy podamos hacerla acá significa que hemos hecho un buen trabajo, que los bailarines lo han hecho y están a la altura de bailar semejante puesta. Carmina Burana es una obra que nos trae muchos recuerdos, es muy difícil físicamente, la hemos bailado y es un honor y un orgullo estar hoy del otro lado" dijo Balanza, que agregó que los integrantes son alumnos del programa de Formación del TB y algunos son egresados del Taller del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín. 

Momentos. Diego Poblete y Victoria Balanza conversaron con el público. Los bailarines mostraron la exigente coreografía. El guía y el grupo de la primera visita.

Después llegó el momento de la acción. El elenco mostró la coreografía y dejó mudo al privilegiado público; aún con tres semana de ensayo y sin vestuario, que siempre impacta más. 

"Fue increíble" atinó a responder José, que tiene 17, es la segunda vez que va su grupo de amigos a una visita del TB. "Fue hermosísimo, la destreza de todos… fue brillante, emocionante, y eso que vimos sólo un poquitito. Me imagino en la función" lanzó Beatriz que ya había comprado todas las entradas de la familia en un palco. "Vine exclusivamente por el ensayo, pero me gustó conocer cosas del teatro que no sabía; me pareció muy noble de los entrenadores contar todo lo que contaron y de los bailarines, abrir sus puertas para mostrarnos un fragmento. Es un plus que haya música en vivo" apuntó Florencia. 

Fue la primera vez que se mostró un ensayo de danza y a los visitantes les entusiasmó mucho la posibilidad. Al final del fragmento de O fortuna hubo encendidos aplausos y la satisfacción de haber sido parte de algo único.