Cerró de manera oficial la Fiesta de la Tonada 2015 en el complejo El Horizonte, aunque las guitarras seguirán sonando hasta el lunes para la celebración de un aniversario más del natalicio de Ernesto Villavicencio. La experiencia vivida durante dos noches junto a tonaderos cuyanos de distintas latitudes de la región fue fascinante. Porque al recuperar la fiesta, se ganó otra vez un espacio de encuentro, de cruce y también de valoración de la cultura local. Y también, porque el amor por la tonada siempre los une. Un amor por las raíces, por el cariño a la tierra, a la amistad y a la familia.
A lo largo de la travesía musical, desfilaron por el escenario músicos de la talla de Gustavo Troncozo, Hermanos Videla, Los Lucero de Jáchal, Ángel Dávila, Algarroba.com, Duende Trío, Abelino Cantos, Raúl de la Torre, Los Trovadores de Cuyo, entre muchos otros, cruzaron sus guitarras en una comunidad fraternal junto al público. Mendocinos, puntanos y sanjuaninos revalorizaron su identidad y demostraron que la "cuyanía" no pierde la voz. La mesa estuvo armada, con vinos, empanadas y mucha camaradería entre la gran familia cuyana.
Jóvenes músicos y cantores se reunían con la vieja guardia, tanto arriba del escenario o debajo de él.
Contento porque esta tradición vuelve a lucirse, Ernesto Villavicencio (h) manifestó esa alegría, "Esta fiesta se ha institucionalizado en nuestra alma, con el recuerdo del natalicio de mi padre. A veces se hizo gratis, otras veces en plazas abiertas, en casonas grandes y en el Quinto Cuartel. Pero ahora volvemos a tenerla de vuelta y estamos felices", dice Ernesto, quien se puso al hombro la realización de este evento como el anfitrión del homenaje a su padre y, más que una peña, la llama él, un "peñón".
De Chimbas y Santa Lucía, aparecieron Raíces de Cuyo, integrado por Miguel Guevara, Fredy Vallejos, Ariel Molina y Cacho Guevara. Miguel, quien es la primera voz, apuntó, "lo vivimos con mucha alegría y sentimiento. Cruzarnos con otros compadres de la guitarra es un gran espectáculo", dijo antes de entrar a cantar.
Y mientras sonaba: "Una tonada y un cogollo sólo pido/ discúlpeme quiero cantar/ las guitarras me llevaron a soñar", el aparcero mayor, Jorge Darío Bence, junto a su familia y rodeado de amigos brindaba eufóricamente en su mesa: "Estoy feliz porque esta fiesta es el fruto de 50 años de predica, de una comunidad que entendió el mensaje. Hoy está siendo protagonista de la continuidad del legado que dejado por nuestros abuelos. Es la satisfacción que tengo, que mis nietos y los niños abracen la causa de nuestro folklore regional".
En otro rincón, apareció la dupla considerada como -sostenido por muchos compadres- la "nueva promesa del folklore cuyano". El dúo Salem-Pastén, la rompió en su debut luego de los fuegos artificiales en la apertura de la primera noche.
"Sacamos la herencia del ser cuyano. Hace un año que venimos juntos", dice Fabio Salem, que con 20 años junto a Mauricio Pastén, hacen sus primeras acciones ante el público. "Agarramos una experiencia enorme en poco tiempo. Ser invitados a la fiesta es un honor para nosotros", dijo Mauricio, a quien le fascina interpretar "Mi amor en una tonada", su obra favorita.
"Canto tonadas o no canto nada", entonaba con pasión Gustavo Troncozo, mientras que los muchachos de Algarroba.com aguardaban su turno para salir. El dúo mendocino Raíces de Cuyo, nativos de Las Heras, afinaban junto al guitarrón del sanjuanino Omar Camargo, "El trovador" llamado así por sus compadres. Y así hasta el infinito, viven los tonaderos su fiesta, sin perder la costumbre por supuesto, de brindar con un buen vino cuyano.

