Como si los dos fueran uno, se los ve en cada evento social, o concierto, incluso a exposiciones de colegas amigos. Estela Pelaitay y Humberto Costa llevan 15 años juntos, compartiendo hogar y taller. Pero no sólo eso, también exponen juntos sus producciones pictóricas. Lo hicieron por primera vez en 2015 en la Estación San Martín y luego en 2017 en la Biblioteca Sarmiento Legislador. Y para dar continuidad a un largo proceso de creación al que ellos llaman "Convergencia",  Estela y Humberto presentarán esta tarde 20 imágenes abstractas (diez cada uno) de formato mediano, entre las cuales figura una obra inédita, el políptico "Cuatro opciones para un laberinto". La colección se podrá apreciar en la sala de exposiciones de la Sociedad Israelita y durará hasta fines de abril, con entrada libre y gratuita. 

Estela tiene formación universitaria en química y en farmacéutica y ejerció la docencia en ambas especialidades; aunque en paralelo tuvo un apego especial por las artes visuales desde su juventud. Cuando se incorporó a los talleres que ofrecía la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes de la UNSJ englobados en el espacio "Por un nuevo proyecto de vida", fue estudiando historia del arte con Eduardo Peñafort y Alberto Sánchez Maratta, los profesores de dichos talleres. Con sus realizaciones, fue participando en varias muestras colectivas durante 2004 y 2005. Al año siguiente conoció a Humberto, que se hizo cargo como profesor y planteó introducir la abstracción como alternativa de trabajo. "Eso me abrió la mente a nuevos horizontes. Me permitió hacer algo más lírico, más libre e independiente. No pude dejar este camino, no hubo vuelta atrás", dijo sonriente la artista a DIARIO DE CUYO, contenta también porque a partir de aquel punto de encuentro, la relación entre alumna y profesor con Humberto se transformó y migró a otros designios.

Desde su formación académica en las artes visuales, aunque haya pasado en un principio por experiencias figurativas, Costa fue profundizando y explorando las riquezas de otros conceptos que lo ayuden a deconstruir lo real, como crear texturas, planos y colores a partir de la observación, por ejemplo, desde un microscopio. El modo en cómo se posicionan al momento de crear y expresar -además de un vínculo afectuoso entre ambos- originó una realidad nueva para los dos. "En vez de pintar un objeto tal cual lo vemos o el mero paisaje naturalista, sugerí, no lo impuse, en ver otro campo de lo posible con el dibujo y la pintura abstracta. En este caso, con Estela, quedó un lazo de unión y una relación personal. Pusimos el taller juntos y desde 2007 convivimos con el arte", afirmó alegremente el artista y exdocente universitario. 

En la cotidianeidad, tanto en casa como en el taller, circula debate, sugerencias, opiniones, aportes y planteos que se hacen mutuamente a la hora de pintar. A ella le gusta mucho usar el óleo, sin embargo él prefiere más el acrílico. Aunque Humberto se despierta muy temprano para trabajar en el taller y pasa 14 horas sin dejar de dibujar, Estela reparte sus horas en múltiples actividades, no sólo en lo artístico, también en lo doméstico y hasta la gestión. Cuando hay que organizar, administrar y curar alguna muestra, la compañera de Costa es la más operativa. "Nos respetamos nuestros espacios y tiempos. Pero el tiempo suyo me pone loca, yo soy más ejecutiva y no espero un día determinado para concretar una tarea. Tenemos nuestras discrepancias a veces, me molesta cuando él no me critica, en cambio yo soy muy metida en decirle qué color debe usar", se ríe con picardía. Algo es muy seguro, en esta unidad que Estela y Humberto conforman, se consideran a sí mismos como dos ríos que convergen en una sola corriente más grande y sólida, para crear y ver el mundo en abstracto, desde sus propias y subjetivas miradas. 

DATO

Convergencia. Muestra pictórica de Estela Pelaitay y Humberto Costa. Inaugura hoy a las 20 hs en Sociedad Israelita (Córdoba 139 oeste). Entrada gratis.