Su nombre es parte de la historia folclórica sanjuanina. Los Puneños son parte de la tradición de la música popular local y cumplir 60 años no es poca cosa. Por eso el grupo decidió festejarlo con su gente, cantando, el 13 de agosto en la Sala Auditorium del Teatro del Bicentenario (a las 21, entradas $400 por www.tuentrada.com). Ernesto Guardia es uno de los tres miembros originales del grupo y quien ha dedicado su vida a mantener vigente el nombre y junto a Santiago Camisay, Domingo Yacante y Sergio Aguilera -sus actuales compañeros- viene preparando el espectáculo en el que contarán la historia del conjunto a través del repertorio que solían abordar, con la presencia de algunos de los antiguos integrantes. La segunda parte será con las canciones que actualmente han sumado, como versiones de La noche sin ti, Honrar la vida, Perdóname, Mamá mamá, Zamba para olvidar, Castillos en el aire y La Telesita; acompañados por Marcelo Villegas en guitarra, Esteban Vega en piano, Alfredo Centeno en guitarra y charango; y Andrés Álvarez en bajo.
"Son muchos años, anécdotas, vivencias que me hicieron muy feliz. Es una historia muy larga con actuaciones en lugares muy importantes’, expresó en charla con DIARIO DE CUYO Guardia, quien atesora especialmente la actuación en Cosquín, en el Teatro San Martín de Buenos Aires o en el Lincoln Center de Nueva York.
La historia de Los Puneños se remonta al año 1961, "más o menos en este mes’, dijo Guardia. Después de foguearse mucho en privado, Ricardo Ochoa, José Antonio "Nene’ Fernández y él, que eran apenas unos niños, comenzaron a recorrer escenarios y a ganar concursos.
"Vivíamos en la calle Cuba el Nene Fernández y yo; y el Negro Ochoa vivía en la Villa Mallea, al frente. Nos conocimos en la escuela y mi mamá, Cira Morando, que le gustaba tocar la guitarra, nos cobijó y nos dio las primeras lecciones de canto y arreglos. Ella nos puso Los Puneños porque decía que vivíamos en una zona de montaña., de puna, y quedó para siempre’ contó Guardia, con los ojos iluminados por el recuerdo.
Así pasaron por las "Guitarreadas Crush’, donde fueron ganadores en 1965, varias fiestas de las primavera; ganaron un concurso del Automóvil Club Argentino en Buenos Aires y hasta cantaron en la cancha de Boca. En 1980 tuvieron su gran alegría: resultaron ganadores del Pre Cosquín. Luego de eso, ese mismo año, Ochoa ingresó al coro del Teatro Colón y ahí comenzaron a sucederse las distintas formaciones. Primero se sumaron a Ernesto y Nene, Jorge Guardia y Eduardo Trifonoff que actuaron juntos hasta el "85. Luego, entró Cesar Fernández Herrera. En 1990 grabaron un CD, "Ochoa se quedó en Buenos Aires, éramos mejores amigos, así que la amistad nunca se perdió, cada vez que él venía a San Juan era una fiesta, porque éramos sus hermanos’ recordó Guardia, que en 2001 se fue a dirigir un coro en Alicante por tres años, pero siempre mantuvo el grupo. "Nunca dejamos de cantar, con distintas formaciones’. La penúltima fue la más numerosa de nueve integrantes hasta el año pasado. "Buscaba un grupo de amigos’ afirmó Ernesto sobre sus compañeros de ruta que se mantuvieron juntos hasta 2020: Esteban Vega, Sergio Olivera, Juan Chacón, Francisco Martín, Mario Montaña, Julio Bastías, Daniel Rodríguez y Domingo Yacante. "Con ese grupo cantamos España, en Río Gallegos, Calafate, Salta, Jujuy, en 2020 estuvimos en la Fiesta Nacional del Sol. Seguí con los que quedaron’, expresó, y es que cuando la pandemia paralizó la actividad, muchos se dedicaron a sus trabajos o prefirieron no volver.
Para Guardia, Los Puneños es parte de "toda una vida dedicada a la música folclórica, a la preparación de chicos, frente a coros… Son muchos años’ comentó, pero que no le pesan. "Al contrario, cada vez me siento con más ganas de cantar, de enseñar’ aseguró el artista, quien además dirige desde hace años su academia, "La casa de Los Puneños’, por donde han pasado varios músicos conocidos y él la considera un semillero importante para San Juan. Uno esos alumnos es hoy su compañero, Sergio Olivera, que a los 50 se acercó a la música porque había quedado desempleado. Gracias al grupo volvió a enfocarse y una cosa llevó a la otra y pudo volver a conseguir trabajo, además de mantener el canto como un hobby especial, dijo. "Poder transmitir lo que uno siente al cantar, que otra persona lo vibre, es una sensación muy fuerte’, compartió.
Por esas vivencias es que Guardia toma estas seis décadas cantando como un logro personal. "Significa la vida’ sintetizó el músico, seguro de que este festejo no será un concierto más.