Plumas, baile, chistes y cuerpos esculturales. Una mezcla perfecta, pero parece que funciona mejor si los alquimistas son Carmen Barbieri y Santiago Bal. Bravísima, la obra de revista porteña más parecida a las de antes, se presentó en San Juan a sala llena en el Teatro Sarmiento. El público se rió desde que se sentó hasta que se fue; aplaudió cada uno de los gags y le brindó especial cariño a Carmen Barbieri. Quizás fue parte de la expectativa que quedó trunca el año pasado cuando la diva tuvo que cancelar su espectáculo por problemas de salud y San Juan quedó esperando. Pero esta vez, y nuevamente de la mano de Fundación Protea, se vio en escena una obra de gran calidad artística, sumamente sincronizada y ágil.

Matías Alé se metió el público al bolsillo en un largo monólogo de esos chistes, que el mismo dice "entendés cuando te estás lavando los dientes". Mónica Farro impacta con su cuerpo y su presencia para portar las plumas. Se vio a una Andrea Estévez versátil, capaz de mostrar su impactante figura pero al mismo tiempo hacer reír. Entre las figuras del cartel faltó la desopilante Belén Francese, que al parecer tenía algún compromiso contractual que le impidió actuar en esta oportunidad, por lo que tuvieron que reemplazar el cuadro de Belú por uno de baile.

Una Carmen enérgica, que brilla en el escenario y un Santiago Bal que aunque ya camina más lento, aún conserva su chispa, hacen de ellos mismos brindando un espectáculo impecable. Y esa es la clave.