Con un clima más que agradable, la primera noche del Festival Nacional del Jazz propició una tertulia sonora con diversos matices, porque estuvo nutrida por diversas propuestas que ofrecieron Abel Herrera Trío, Delorean y Brassas. Cada intervención duraba entre 30 y 40 minutos que fueron sin desperdicio. El virtuosismo instrumental que imprimieron los músicos generó una atmósfera entretenida para aquellos melómanos exigentes que asistieron a la Plaza Hipólito Yrigoyen a escuchar una buena dosis de latin jazz y fusión. 

Delorean, de La Rioja, llevó al público a disfrutar de los sonidos ochentosos de la música negra estadounidense.

En la apertura, el conjunto sanjuanino liderado por Abel Herrera ofreció un repertorio interesante de obras propias, entre las cuales gustó bastante a los oyentes el tema "Tres acordes". Los espectadores se fueron acomodando en varios sectores de la loma, que sirvió de gradas naturales frente al escenario y a medida que pasaban los minutos, adolescentes y chicos con sus padres apreciaron el show desde una vista panorámica excepcional. Por su parte, los acordes del grupo Delorean, de La Rioja, comenzaron a escucharse con una calidad impecable. Este conjunto invitado ofreció una suite de jazz, con disco, funk y algo de soul, en las manos de Emmanuel Strangis en teclados, Duilio Maldonado en la batería, Ignacio Pérez en el bajo, Beto Coppola en guitarra y en la dulce y potente voz de Mariah Soul Belén Castillo. Su propuesta consistió en un recorrido por los sonidos de la música negra estadounidense de la década de los 80 con influencias desde James Brown a Aretha Franklin.

El público estuvo presenciando el shows desde la lomada de la plaza, en una noche agradable.

Posteriormente, llegó el turno de Brassas, este grupo de Mendoza, con Guillermo Levis a la cabeza, brindó una performance sorprendente, porque no es muy común ver en escena a una gran banda de instrumentos de viento en su mayoría, con la percusión. También dieron un repertorio de autoría propia, pero con una fusión muy trabajada de ritmos de candombe, milonga, tinku, malambo, funky y konga.

Abel Manzotti, de Brassas Band, practicando y afinando la tuba, antes de actuar.

El resultado de este ensamble rompió los esquemas y provocó que a los espectadores les dieran ganas de bailar. El coctel de estos sonidos exóticos hizo que los saxos, las trompetas, el corno, el trombón y la tuba transmitieran la sensación de que estuvieran hablando por sí solos en un intenso conversatorio de armonías, melodías e improvisación. El ensamble mendocino hizo una notable actuación al cierre de esta edición, ratificando así su buena reputación con tan sólo apenas seis años de vida. Hoy, el festival continuará con Martín Parrilla Trío, la banda Bi y EM Dixie Jazz Band, a las 19hs con entrada gratuita. Mañana será el cierre con Pepe Rivero y Ángela Cervantes a las 21hs. en el Auditorio Juan Victoria a $1.000 la entrada.