FOTOS MAXI HUYEMA 

Una fiesta. Eso fue lo que se vivió el lunes pasado en el Teatro del Bicentenario, cuando tuvieron lugar dos funciones de El hombre que perdió su sombra dirigidas especialmente a personas con distintas discapacidades, principalmente visual y auditiva. Obra creada para el Teatro Nacional Cervantes, llegó a San Juan de la mano de Turismo y Cultura provincial, y en el marco del Programa de inclusión encarado por el máximo coliseo local, se convirtió en la primera obra accesible del TB, preparado para tal fin tanto en lo técnico (con todos los recursos a disposición) como en lo humano (capacitación del personal). 

Tempranito antes de la primera función, un grupo de la Escuela Braille llegó con sus docentes y acompañantes. El equipo del teatro -que estuvo a la altura- lo recibió cálidamente en el foyer del edificio, donde empezó la primera Visita Táctil. Florencia fue la desenvuelta guía que se encargó de conducirlos y describirles incluso el edificio que prácticamente todos visitaban por primera vez: las grandes arañas que colgaban del techo (aclaración mediante de que no se trataba de "bichos", lo que provocó la risas de varios), las imponentes columnas y las enormes escaleras… "Ay, yo quiero subir ahí", suspiró rompiendo el hielo Mili, que a sus seis añitos fue una de las más participativas. "Qué suave", dijo otra de las chicas cuando, ya en la sala, los hicieron tocar los tapizados de las butacas, antes de subir al escenario donde los esperaba la mejor parte. Asistidos por el equipo del TB, miraron todo a través de sus manos: el vestuario, la escenografía y la utilería. Curiosos, disfrutaban la nueva experiencia. También pudieron conversar con los protagonistas de la obra, que muy predispuestos los esperaban para hacerles conocer a sus personajes, con sus distintas voces. Y también con los músicos, que desplegaron una hermosa melodía y les dejaron acariciar el violín, que le encantó a Dylan (8); y el piano, que Daniela (30), luego de sentir las vibraciones con sus manos apoyadas en la madera, pidió permiso para tocar. 

"Estamos muy felices de recibirlos, de verdad", les dijo conmovida Eleonora Comelli, una de las directoras de la obra (junto a Johanna Wilhelm), que no hizo más que poner en palabras lo que todos sentían. No sería el único momento emotivo. 

Un poco antes de las 10 de la mañana comenzó a llegar el resto del público para la función accesible inaugural: más niños, jóvenes y adultos de escuelas especiales -45 en las dos funciones que hubo ayer-, y alumnos de otros establecimientos educativos que, en un hecho sin precedentes, pudieron disfrutar juntos del mismo espectáculo artístico, de manera simultánea, en la misma sala provincial. Y con idéntica alegría celebraron a los artistas, que supieron interactuar con ellos efectivamente en algunos momentos de la obra, arrancando risas aquí y allá: Algunos aplaudiendo, otros agitando las manos, la devolución se extendió a las intérpretes de Lengua de Señas Argentina, que justamente ayer festejaban su día. 

"Todos somos luz y somos sombra…", fue parte del pegadizo estribillo de la canción final, que más de uno salió tarareando del Teatro. Casi casi (¿o totalmente?) una síntesis de lo que pasó ahí adentro… y de lo que en verdad pasa afuera, día a día. 

Sí, el lunes dejó otras postales en el TB; y con ellas el propósito de que no queden guardadas en el arcón de los buenos recuerdos. Por el contrario, que se conviertan en el puntapié, en el estímulo, en la chispa para que tanto artistas locales como nacionales tomen la posta y sigan abonando esta feliz iniciativa, hasta que deje de ser noticia. Hay un público -y por qué no, potenciales artistas- que espera ansioso y agradecido. 

 

 

 

 

 

 

 

Visita Táctil. A las 8.30 de ayer tuvo lugar la primera visita destinada especialmente a niños, jóvenes y adultos ciegos y con discapacidad visual. El equipo de TB guió el recorrido, que culminó en el escenario, donde pudieron adentrarse en la obra interactuando con los artistas y reconociendo con sus manos elementos de escenografía y vestuario.

 

 

>> ELLOS DICEN

 

 

Teresa (62)

Es la primera vez que estoy presenciando esto y para nosotros es muy importante, porque significa que nos están tomando más en cuenta a las personas con discapacidad. Por más que no tengamos la vista, nosotros también disfrutamos de todo esto. Es importante que continúe, sobre todo por los niños. Yo escuchaba la alegría que tenían ellos, las preguntas que hacían, las inquietudes que tienen, maravilloso.

 

José (34)

Es la primera vez que vengo al teatro, vine a la función de ayer (por el domingo) y me gustó. La obra tiene diálogos que permiten ir captando y donde no hay diálogos, te pueden ir contando. Pero esto de la visita es muy bueno porque no es igual imaginar que tocar las cosas y conocerlas, o hablar con los actores. Ahora es mucho más de lo que yo me imaginaba, es increíble. Son experiencias que no te las olvidás más.

 

Daniela (30)

Hermoso, porque pude disfrutar mucho, ver personajes como un caballo blanco y también un árbol, imágenes que yo misma pude reconocer desde lo visual. También toqué el piano, me encantan los pianos de cola. ¡Yo sentía una música que no sabía de dónde venía y venía de ahí! Cuando lo toqué reconocí de dónde venía. Me parece importante también estar con otra gente, conocer otras personas, encontrar amigos. 

 

 

 

A la par. Jóvenes de escuelas especiales y de otros establecimientos educativos disfrutaron juntos en el TB.