FOTO Daniel Arias

Munido ya de una vasta trayectoria y de reconocimiento a nivel nacional e internacional, Nicolás Kapustiansky hará su debut en San Juan esta noche, en el Auditorio Juan Victoria, junto a la Sinfónica de la UNSJ (21.30 hs, entrada libre y gratuita). Será con un programa variado y atractivo, elegido en conjunto con la comisión artística de la Orquesta. "Es un concierto divertido pero a la vez muy profundo, que los va a llevar por muchos momentos distintos. Empieza con la obertura de una opereta de Johann Strauss, The gypsy Baron, una gran manera de comenzar que pasa por distintas danzas y ritmos vieneses. Luego el Concierto para Fagot y Orquesta, de Carl Maria Von Weber, compositor romántico, que cuenta con la actuación solista de Luis Querales, y que genera en el último movimiento un clima muy divertido. Y cerramos con la obra principal, Sinfonía N° 9 (Del nuevo mundo), de Antonín Dvorak, una de las grandes obras del sinfonismo, la última que compuso, cuando ya estaba en Estados Unidos, así que van a escuchar influencias de distintos ritmos folclóricos, gospel y jazz", sintetizó el profesional en diálogo con DIARIO DE CUYO. 

"Cuando se programa un concierto se trata de buscar un balance en cuanto a generar propuestas que sean atractivas, porque en definitiva, más allá del gusto personal por hacer esto, no son conciertos cerrados para músicos, sino que son para el público; pero al mismo tiempo se busca que le aporten algo. Y la verdad que es un lujo que la provincia pueda tener una orquesta capaz de abordar este tipo de repertorios que se hacen en las principales salas del mundo", señaló el artista, quien invitó a que todos se acerquen a vivir este tipo de experiencia musical que califica como "irrepetible".

"Nosotros trabajamos para que la gente venga y disfrute. El concierto es gratuito y el Auditorio es una sala hermosa con una acústica espectacular; así que no hay impedimento para vivenciar un momento único, lejos de los ruidos de la ciudad y de los problemas aunque sea por un rato, escuchando y viendo a más de 80 músicos en el escenario tocar juntos. Es simplemente sentarse y entregarse a lo que la Orquesta va a proponer", señaló el conductor, quien destacó que, más allá de que un repertorio pueda gustar más que otro, "la regularidad de ir cada tanto a un concierto hará que la persona se habitúe".

"Quizás a partir de algo que le gustó en el concierto busque en Spotify, descubra otras obras y de a poquito se empiece a meter en este maravilloso mundo de la orquesta. También hay que entender que un concierto es una actividad performática en vivo, es ir a ver qué nos pasa a cada uno con esa música, ese día, a esa hora, con la sensibilidad de ese momento… Es algo que no se puede replicar", profundizó el especialista, quien sostiene que no es condición necesaria "saber" o "entender" de música para encontrar placer en ella.

"Primero está el atractivo no intelectual, sino sentimental podría decirse. Luego uno se pregunta "¿Por qué me atrae?" y entonces empieza a pensar, a sumar el intelecto, a buscar, a descubrir… algo que sin dudas aportará al disfrute, pero creo que es un error llevar a la gente hacia la música a través del intelecto. La gente no tiene que entender, primero le tiene que gustar; y si le gusta, entonces después buscará entender. Al revés no funciona tanto", apuntó el creador de "Tanto ruido para nada", un podcast ameno y accesible que creó en pandemia junto a Agustín Tamagno (solista de oboe de la Sinfónica de Rosario), donde aborda variadas temáticas vinculadas a la música, con diferentes invitados, a modo de reflexiones y planteando inquietudes.