Mañana a las 20 hs, en su canal de Youtube, el Consejo Argentino de la Danza (CAD) dará inicio a su nuevo ciclo "Galería de Celebridades", espacio por el que transitarán las historias de grandes personalidades de la danza. Y la apertura, en coincidencia con el aniversario del fallecimiento de la protagonista, estará a cargo de la única bailarina sanjuanina que tuvo proyección internacional, María Ruanova, la primera etoile (estrella) argentina en lograr esa repercusión, al decir de Carlos Cappelletti en la exhaustiva biografía realizada por Carlos Manso. "Una mirada al pasado para comprender el futuro" es el acertado leit motiv de esta propuesta del CAD que se convierte en una cita obligada para los amantes y estudiosos de la danza, sobre todo en la provincia donde vio la luz esta estrella cuyo nombre llevan la Escuela Nacional de Danzas de Argentina, el Instituto Nacional Superior del Profesorado y el máximo galardón de la danza, que el CAD entrega en el país desde 1986, cuando lo recibió Julio Bocca.
Descendiente de españoles que llegaron a Argentina en busca de un futuro mejor; y a la provincia por el trabajo de su padre, María nació en San Juan el 3 de julio de 1912, aunque al poco tiempo dejaron la provincia. Ya de regreso con su familia en Buenos Aires, junto a sus hermanas se formó en la Escuela de Danzas del Teatro Colón, bajo la mirada de íconos como Bronislava Nijinska, Elena Smirnova, Michel Fokin, Antonia Mercé o Serge Lifar, entre otros. "Con el reconocimiento a su talento artístico por parte de esos grandes de la danza, fue que en 1931 Fokin le confió a María su Pájaro de Fuego y, ganando por concurso el puesto de Primera Bailarina, en 1932 protagonizaba Giselle", escribió Manso sobre Ruanova, que también fue una admirada maestra y directora de los ballets del Colón y del Sodre, en Uruguay.
Contratada en 1936 como primera bailarina del Ballet Ruso de Montecarlo, debutó en Francia con Sílfides -que tuvo rotundos elogios de la crítica- y recorrió los más importantes escenarios del mundo. Destacada por sus pares y musa de los más grandes coreógrafos, Ruanova -que también dejó su impronta en el cine, en las películas "Donde mueren las palabras" (1946) y "Apollon Musagete" (1951)- falleció el 5 de junio de 1976 y sus restos reposan en el Cementerio de la Chacarita.