Con 17 años en el ruedo y un sonido que fusiona distintos géneros, El Kuelgue subirá a escena hoy a las 21 en el Teatro Sarmiento para interpretar su último álbum Cuentito y un puñado de clásicos en un show que también contemplará las últimas novedades (Entradas: $2.200, $2.500 y $3.000 a través de entradaweb.com.ar y en boletería desde las 16). Previo al concierto, parte de la agrupación decidió descansar en una cabaña emplazada en Zonda y aprovechar la naturaleza para "grabar" y "conocer", como expresó a DIARIO DE CUYO Julián Kartún, la voz líder, que proviene del ámbito del teatro en el que se desarrolló su padre, el dramaturgo y director Mauricio Kartún, y su madre, la actriz Mónica Estévez.
"Arranqué con el teatro. Eso es lo que estudié, luego cursé Producción en el TEA e incursioné en la música. Cuando formamos la banda mi papá se copó porque es un lugar en el que también puedo actuar", recordó quien, a la par de trabajar en la consolidación de El Kuelgue, se pone en la piel de Luis Alberto Spinetta en la biopic El amor después del amor que prepara Netflix, recorriendo los 30 años de trayectoria de Fito Páez; y es parte del film Lunáticos estrenado en todo el país.
"Nuestra banda tiene una propuesta dramática e histriónica, que incorpora actuación, clown e historias que buscan reflejar imágenes que quedan a la libre interpretación de quien lo escucha, es un espacio de libertad en el que no tengo que elegir, puedo hacer las dos cosas", como apuntó.
"La idea es separarnos un poco de lo que guía el mercado, pero eso lleva su tiempo. Puede sonar rock, pop o candombe, no buscamos encasillarnos. Y lo disfrutamos", mencionó el músico de 38 años sobre el combo que en la investigación de ritmos también navegó por el funk y el hip hop, el folclore y el bolero, sin encasillarse.
Y, en referencia a los próximos proyectos, el músico reveló que ya comenzaron a maquetear el que será el sexto álbum de estudio.
"Lo estamos haciendo tranquilos pero la mecánica del mercado últimamente requiere bastante velocidad", como apuntó en referencia al "sistema" y "lo rápido que hoy es el desarrollo de una obra" que "se digiere muy rápido".
"¿Por qué? La accesibilidad a la tecnología, los tiempos de consumo, todo es muy volátil", remarcó como miembro fundador del combo que recibe las influencias musicales de Aca Seca del rubro folclórico, Queen del rock clásico, Stevie Wonder del pop y Jamiroquai del funk, entre otros.
"La música instrumental puede llevarte a algún lado pero la lírica puede ayudar a anclar lo que pasa en la cabeza de un artista y que el público arme su propias historias" para evitar "bajadas de línea", opinó el intérprete.
Y, según destacó, con esa consigna comenzaron a dar los primeros pasos como banda en la búsqueda de un sueño.
"En la división de roles, como vengo del lado de la actuación, a mí me nació cantar. Primero hicimos música para nosotros, después empezamos mostrando a nuestros amigos las canciones que nos nacían y ellos llamaron a otros amigos. También ayudaron mucho las redes sociales, primero con una página llamada My Space y luego con Facebook, y empezamos a tocar en lugar chicos hasta que se profesionalizó. Tocamos 7 años sin sacar discos hasta que salió Beatriz y se generó algo en un público que buscaba algo diferente", explicó sobre los orígenes del conjunto que ya alcanzó el anhelo de tener su propia sala de grabación en Dorrego y gira por el país con una estética "descontracturada y sin solemnidad", como reflexionó su cantante.