Choque Urbano volvió a San Juan con una intensa puesta que cruzó ritmos, musicalidad, danza y la poesía gauchesca del Martín Fierro, con una impronta contemporánea y performática. 

 

La montaña de bolsas de basura apiladas en una calle cualquiera de la ciudad se ve incrementada con el paso de hombres y mujeres que siguen tirando y despojándose de lo que no les sirve. Hasta que en un momento, uno de ellos se encuentra con un libro viejo y casi deshecho, en su tapa titula Martín Fierro. De repente, todos quieren ver qué hay en sus páginas y se ponen a recitar sus versos, los desarman, juegan y cantan con ellos. Así comenzó la aventura sonora y performática de Choque Urbano con la obra "Fierro". No se trata de una representación del texto literario de José Hernández, sino más bien, después de haberlo corroborado el público anoche en el Teatro Sarmiento, una reescritura y por consiguiente, una reinterpretación. En la propuesta, hay un encendido cruce de ritmos, expresiones corporales, teatralidad, el espacio acústico, vestuario, música tecno, hip hop, reggaetón, candombe y hasta música clásica. Pero sobre todo, la danza, la voz y la palabra tienen ahora un rol preponderante en la puesta escénica, a diferencia de espectáculos anteriores de la compañía de los hermanos Ablin. Sobre todo, la incorporación de la guitarra criolla, como instrumento novedoso en algunas escenas conviviendo con los habituales instrumentos construidos de materiales reciclados.

 

Vestuario y espacio escénico fueron impactantes a nivel visual, al igual que las coreografías.
El texto poético del Martín Fierro fue ensamblado en clave de chacarera, hip hop, tecno o reggaetón, revitalizando los versos a una mirada actual de la realidad social.

 

Cada parte del poema del libro de La Ida, era resignificados de manera coreográfica con muchos toques de humor y musicalidad, pero con un mensaje profundo y existencial, no tanto en referencia a la figura del gaucho del pasado, sino del presente. A ese "gaucho" de la ciudad contemporánea, en el que debe enfrentar las penurias actuales de una sociedad injusta, desigual y persecutoria. Una realidad muy dura que toca vivir, pero que está ahí el "gaucho" argentino para resistir. Tal vez sea una de tantas lecturas que se suscitaron en la sala anoche entre los espectadores. Más allá de ello, el público en general reaccionó a gusto y aplaudió agradeciendo por la experiencia sensorial y multidisciplinaria ofrecida en el escenario.

 

Fotos: Marcos Urisa