Con sus universos gigantes poblados de seres chiquitos y como uno de los estandartes de la prestigiosa Galería Zurbarán, Mario Pérez es uno de los reconocidos pintores que inaugurarán el primer espacio dedicado al arte en la exposición Vinos y Bodegas 2011, el acontecimiento más emblemático de la industria que arranca mañana con la presencia de las cavas más importantes del país. Pero, esta vez, el sanjuanino no utilizará la tela como soporte, sino que será sobre una barrica donde dará sus pinceladas frente al público; una nota de color para el abultado curriculum de menciones y logros de este prolífico paisajista que integra la línea de artistas latinoamericanos de la Opera Gallery desde principios de este año.

En el marco de esta feria vitivinícola y con la consigna de "recorrer el país a través de sus vinos", desde mañana y hasta este sábado, el Arte & Vino expondrá más de 25 toneles de roble pintados con óleo por artistas de todo el país, entre ellos Bertani, Kaplan, Lascano, Linzoain, Villar Errecart, Burone Risso, Claudio Gallina y el maestro del pincel local. Y fue la galería de Ignacio Gutiérrez Zurbarán -que representa a Mario desde 2008- la convocada por la organización de La Rural para la coordinación de esta innovadora propuesta cuyo objetivo es promocionar el arte nacional.

"Vamos a trabajar en vivo, por turnos, dos pintores por noche. A mí me toca el viernes", relató el plástico local que supo convertir su impresión del realismo mágico y esa sensibilidad cósmica, en verdaderos tesoros de exportación.

Paso a paso

Paleta en mano, Pérez tuvo que amoldar sus inspirados trazos a la base redondeada de un barril. Claro que, primero, tuvo que trabajar la madera.

"Una vez que me enviaron la bordalesa desde Buenos Aires, tuve que mojarlo para volver a hinchar el material, el cambio de clima, el paso de la humedad a la sequedad, influyen mucho", explicó Pérez, quien tuvo que llenar el envase con agua y mantenerlo en remojo durante dos días hasta conseguir hincharlo para poder sujetar los zunchos -abrazaderas metálicas- que lo rodean.

Superada esa complejidad, el creador se dedicó a dejarse llevar por sus musas, allí, en la paz del atelier donde nacen todas sus producciones.

"Pensé en mi vivir y en los recuerdos de mis noches de juventud, en esos años en los que me iba con mis amigos al dique, cerca de las orillas del lago, con un asado y el vino siempre presente", expresa el autor cuyas líneas se caracterizan por aludir a un "macro y micro mundo" donde predominan los colores de "la contemplación y la belleza de vivir".

"Dios le dio al ser humano la justa medida en el universo, esa frase me pegó fuerte", indicó en referencia al discurso que hizo Monseñor Aguiar en el Museo Catedral de La Plata (el pasado 7 de julio, en la inauguración de su colección en esa sala), que también inspiró la joya vinera que exhibirá en La Rural.