Este año el Auditorio Juan Victoria celebró sus 50 años. Parte de esta prestigiosa sala es el órgano Walker que engalana la sala de conciertos y que es uno de los más grandes de Latinoamérica. El gigante que asoma por los tubos ubicados detrás del escenario, suele acompañar algunos recitales de coros y sumarse como fila a los conciertos de la Orquesta Sinfónica de la UNSJ. Hoy se celebra el Día Internacional de la Música, y no será por la pandemia solamente que el instrumento permanezca en silencio, sino que, por primera vez en casi 30 años, el órgano del Auditorio no tiene quién lo toque. Es que tras la jubilación del profesor Oscar Rodríguez Castillo, quien tuvo a su cargo la cátedra de órgano del Departamento de Música de la Universidad Nacional del San Juan los últimos 29 años, las autoridades de la Facultad de Filosofía no han designado todavía a un reemplazante. Pero, además, la Orquesta Sinfónica ha perdido formalmente su fila de órgano porque dejó de tener las horas del cargo que le pertenecían y aunque consiguieran un profesor para dar clase, no podría sumarse a la orquesta.
El órgano es propiedad de la Provincia de San Juan, como todo el complejo, pero gracias a los convenios de cooperación con el Departamento de Música, su uso es compartido. Más allá de que puede usarse para la capacitación de los alumnos de la cátedra de órgano, desde el Auditorio en algunas ocasiones organizaron conciertos con organistas invitados, o en recitales corales también se convocó a un músico de afuera de la provincia.
La realidad es que esta joya de la música, que tiene 44 registros, 3 manuales y una pedalera de 2 octavas y media, y 3.565 tubos necesita manos expertas o alumnos avanzados, pero en San Juan en este momento no hay candidatos visibles. El gran problema, dicen, es la falta de recursos humanos formados en este instrumento, ‘porque hace varios años que no hay alumnos en la cátedra y sólo hay dos egresados recibidos hace unos 20 años’, aseguró el director del Departamento de Música, César Sánchez, para quien los estudiantes no consideran aprender a ejecutar el órgano porque ‘es una carrera limitada, con poca salida laboral’, además del condicionamiento para comenzar, que es tener el nivel de preuniversitario de piano. ‘Los chicos de 17 o 18 años que hicieron la carrera pianística ya no quieren pasarse a órgano. Además, no tuvimos buena suerte con el docente titular (Castillo), que no hizo buena difusión del instrumento’, dijo el director, que adelantó que el año que viene harán un trabajo de difusión para ‘rescatar algún alumnado para la carrera’ porque no quieren cerrarla.
Rodríguez Castillo reconoce que no tuvo alumnos el último tiempo, pero ubica las causas en los estudiantes. ‘No soy responsable de vivir en una sociedad materialista de gente que no quiere disciplinarse. Yo hice lo que he podido hacer, si después la gente no pudo, no quiso o no supo cómo seguir haciendo las cosas, eso está fuera de mi control’ sostuvo Rodríguez Castillo en charla con este diario, analizando que la raíz de la falta de afluencia de alumnos en su cátedra es ‘es signo de los tiempos’ y subrayando la identificación del instrumento con la Iglesia Católica. ‘La Iglesia entró en crisis, en su liturgia renunció a su idioma, el Latín, y la liturgia fue mutando a una cosa anodina, como decía mi maestro, a una cancioncita boba; de tener grandes himnos, de ser una antesala del mismo cielo, la Iglesia pasó a ser un club’ aseguró el organista que agradeció a la comunidad de Don Bosco por permitirle usar su órgano, restaurado hace algunos años.
‘Espero que se vea la parte buena. Mis recitales han sido didácticos, con el propósito de formar el público, porque no solamente hay que formar alumnos sino público’ sostuvo quien ha usado más que nadie en las últimas tres décadas el singular instrumento.
La ausencia de alguien que esté frente al órgano no se notó este año, porque no hubo conciertos por la pandemia, meses en los que intentaron cubrir el cargo, pero sin éxito, dijo Sánchez, quien aseguró que convocó a un par de profesionales que ya tocaron como invitados, pero que no pudo convencerlos por el tipo de acuerdo económico. Sánchez se aventuró a pensar un convenio con la provincia que permita contar con un profesor y concertista: ‘Quizás conjuntamente podamos arreglar que venga más tiempo el profesor que sea y destine parte de su tiempo a dar conciertos didácticos para mostrar el instrumento’, señaló.
Habrá que esperar al año próximo para saber qué ocurre, para conocer quién será capaz de sacar al gigante de su silencio.
Oscar Rodríguez Castillo – Ex titular de Órgano
‘Puedo tratar de señalar y si ellos hubieran estudiado como yo estudiaba se hubieran recibido y hoy habría una lista sucedido. El único que podría haberme sucedido, se asoció intentando desplazarme . Algo triste que pasó y ni vale la pena recordarlo. De todas maneras estoy tranquilo, he cumplido y sigo cumpliendo aunque este jubilado’.
César Sánchez – Dir. Dpto. Música
‘Estoy buscando un profesor que se haga cargo, hablé con dos o tres, pero cuando se les dice que no van a tener el cargo exclusivo como estaba antes, ya no interesa porque claramente no van a sacar plata de su bolsillo para dar clases. Se cambió el cargo por no tener alumnos, al ser una cátedra prácticamente muerta, no tiene sentido habilitar un cargo de 40 horas’.
Emmanuel Siffert – Director de Orq. Sinfónica UNSJ
Sí, el órgano es importante como parte de una orquesta sinfónica, porque hay muchas obras que están con órgano. Los planetas de Gustav Holst, el Réquiem de Wolfgang A. Mozart. Sinfonía 3 de Saint-Saëns tiene órgano. Entonces sí, se necesita. Se está buscando (reemplazo). Esas horas del órgano le pertenecen a la orquesta.
Rolando García Gómez – Administrador del Auditorio
Sería bueno que llamaran a concurso para cubrir el lugar que dejó el profesor Castillo. Es necesario poder formar alumnos para ejecutar un instrumento que es único en el país y uno de los más grandes de América. Desde la dirección del Auditorio, en nuestra programación incluimos organistas de otras provincias que vienen y dan sus conciertos.