Era un secreto a voces durante las horas previas y finalmente, sucedió la sorpresa. A lo Charly. El Centro Cultural Kirchner fue uno de los epicentros de celebración (el otro fue el Teatro Colón) de los 70 años de la figura trascendente de la música argentina. La multitud que asistió al complejo cultural vivió un día único y memorable. A lo largo de varias instancias con presentaciones de artistas de una rica diversidad de estilos y géneros (actuó hasta una orquesta de cámara reversionando sus grandes éxitos con una brillante performance sonora), que homenajearon al ídolo. Pero nadie se esperaba que él mismo apareciera para el turno del tercer bloque en el escenario de la Ballena Azul.
Cuando sonaron las primeras notas de "Cerca de la Revolución", las luces lo enfocaron vestido con un impecable saco blanco, sentado junto a un vaso de whisky sobre el piano. Una apertura mágica por la que el público se levantó de sus asientos ovacionando sin parar. Ninguno de los presentes podía creer lo que veía, porque todo lo que ocurría estaba fuera del programa. Pero Charly no estaba solo: a su derecha lo acompañaban Fito Páez con su teclado, Rosario Ortega e Hilda Lizarazu vocalizaban, María Eva Albistur en bajo, David Lebón con su guitarra, Fernando Samalea rompía todos los moldes con su batería; además, Zorrito Von Quintiero y Fernando Kabusaki, que también se sumaron; fue una verdadera fiesta de lujo cargada de emociones encontradas. La orquesta bajo la batuta de Charly continuó con "Promesas sobre el bidet", "Raros peinados nuevos" y "Demoliendo hoteles".
Después que le cantaran todos el "Feliz Cumpleaños", el agasajado de bigotes bicolor agarró el micrófono y comentó "una vieja canción que transportó al estrellato argentino", fue como un preludio para "Canción para mi muerte" que en el transcurso del tema, los que estaban en la Ballena y los que seguían el evento por Internet o por la tele, quedaron conmovidos hasta las lágrimas por la nostalgia que despertaba aquel que fuera el hit de "Vida", el primer LP de Sui Generis de 1972. El astro se despidió con "Rasguña las piedras" e "Inconsciente Colectivo", cuya respuesta de gratitud y deleite de los plateístas fue unánime.
El megaconcierto de homenaje (organizado en 4 grandes bloques musicales) tuvo una multiplicidad de voces, de riquezas estéticas y de expresiones de afecto hacia Charly -tanto de artistas como de los fans- que quedará grabado como un tesoro preciado en la memoria cultural argentina.