‘Son nuestros héroes que siempre vuelven… viven en la memoria… si están presentes, no morirán…’, fue el estribillo que entonó Sandra Mihanovich. De esta manera, marcó el comienzo de un espectáculo vibrante, emotivo, didáctico y sumamente entretenido.
Con un escenario significativo como es el sitio histórico del Convento de Santo Domingo, se montó el musical ‘El convento de Santo Domingo refugio para los sueños de libertad’ en la tarde de ayer. La obra escrita por Marisé Monteiro y dirigida por Nacho Medina, contó los sucesos previos un año antes de la declaración de la Independencia, cuando el General San Martín, por entonces intendente de Cuyo, llegó desde Mendoza el 9 de julio de 1815. Una puesta lumínica, así como la transición musical de cada acto, permitió transitar a los espectadores a diferentes climas y momentos: unos intensos, otros cómicos; y otros con un cargado sentimiento patriótico dado por la definida caracterización de los personajes.
Los actores transmitieron carisma, sobre todo la figura de San Martín (interpretado por Germán Curto), protagonista central de la trama, quien lució una figura imponente, tanto en lo corporal, como en el porte y la entonación de su voz; el tono solemne y su motor del espíritu revolucionario que Fray Santa María de Oro (Matías Prietoeccia) impregnaba a los demás; y la humildad del pueblo sanjuanino que apoyaba la causa independentista encarnado en el personaje de José Clemente Sarmiento (Juan Manuel Bevacqua). Pero quien se llevó todas las felicitaciones y cariños del público, fue el pequeño Franco Martínez Rago quien interpretó a Dominguito. Cuando San Martín le preguntó cómo se llamaba, él chico respondió: ‘me llamo Domingo Faustino Sarmiento’ y todos aplaudieron su tierno segundo de actuación.
En el clímax, cada personaje relató cómo fueron sus días finales según los relatos históricos, y después el elenco, acompañado por Sandra Mihanovich, ejecutó el canto final frente a la gente que no paraba de aplaudirlos con ovaciones.
Y como broche de oro, luego de la función, intervino la Banda del DIM 22 en el patio del convento. Los presentes cantaron la Marcha de San Lorenzo y el Himno Nacional argentino.
Si bien el show fue bien animado (duró un poco más de 45 minutos), con acceso libre y gratuito, no tuvo la cantidad de público que se esperaba. Pese a tener espacios reservados para autoridades y funcionarios, muchos no asistieron -a excepción de la ministra de Cultura Claudia Grynszpan y representantes de instituciones afines- no obstante, para aquellos que se perdieron de ver la obra en vivo, tendrán otra oportunidad de conocerla por televisión. En una transmisión especial, la TV Pública emitirá el espectáculo el próximo 8 de julio para todo el país y se incluirá además, dos puestas similares realizadas una en Salta y otra en Mendoza, para la vigilia de la celebración del Bicentenario de la Independencia.

