Apenas den las 12 campanadas esta noche, quedará atrás un 2014 que se caracterizó por la gran cantidad de adioses que conmocionaron al ambiente artístico, como la del actor Alfredo Alcón (de 84 años); el cantautor Gustavo Cerati (de 55) y Raúl Carnota (de 66); las actrices China Zorrilla (de 92), Norma Pons (de 70) y Mariana Brisky (de 48), el diseñador Jorge Ibáñez (de 44), el poeta Horacio Ferrer (de 81) y el compositor Leopoldo Federico (de 87).
El detalle es que también, hubo otras importantes figuras que dijeron adiós y el 2014 termina plagado de despedidas conmovedoras. El 20 de febrero se fue el cineasta argentino Jorge Polaco (el 20, a los 67), una suerte de Peter Greenaway criollo, que tuvo un sonado juicio legal cuando fue prohibida por razones morales su película Kindergarten (1989), que tenía en su reparto a Graciela Borges y Arturo Puig.
Marzo se llevó al platense Carlos Moreno (a los 75), fue el día 9; una de sus última apariciones fue en Farsantes de Pol-ka, donde caracterizó al padre del personaje de Griselda Sicialini; el 14, se encontró muerto Jorge Ibáñez por una falla cardíaca; y el 25 se quitó la vida, Fabián Rodríguez, esposo de Nazarena Vélez.
Abril se llevó varias figuras más. El 11, Alcón dejó esta vida como uno de los más grandes actores argentinos de los últimos 50 años. El 24, falleció el exgalán Ricardo Bauleo (a los 73). Y el 29, de manera repentina, se despidió la rosarina Norma Pons, a punto de debutar en Bailando por un sueño.
El 3 de junio, se fue la tanguera Virginia Luque (a los 86). Conocida como "la estrella de Buenos Aires", tuvo su gran momento entre 1940 y 1960; y el 30, se fue Alejandra da Passano (a los 66).
Julio fue otro mes de idas: Vilma Ferrán (de 73, el 14), que en la tele formó parte de Casi Angeles, Chiquititas, Casados con hijos, Campeones, Son de fierro, Montecristo y Resistiré; el actor de teatro Leopoldo Verona (de 82, el 16), y Arturo Goetz (de 70, el 28) que se destacó en los films El asaltante, La sangre brota, Derecho de familia y otros.
El 14 de agosto, después de luchar contra el cáncer, se despidió Mariana Briski, sobrina de Norman Briski y comediante en programas como Cha cha cha y Poné a Francella.
El 17 de septiembre, la querida China falleció en Montevideo, su pueblo natal, aunque fue en Buenos Aires donde desarrolló su profesión. Actriz y directora, su fama se extendió hasta España, obtuvo la condecoración de la Legión de Honor del gobierno de Francia y un sello postal honorífico de Uruguay, además de 2 Martín Fierro, Premios ACE, Trinidad Guevara, Florencio Sánchez, Konex y tantos más.
Octubre se cobró sus víctimas: el comediante uruguayo, argentino por adopción, Eduardo D’Angelo (de 75, el 18); un ícono junto a Ricardo Espalter, Enrique Almada y Berugo Carámbula; conocido como El hombre del doblaje y por su actuación en ciclos como Telecataplum. Y Déborah Warren (a los 55, el 14), quien se lució en comedias como Matrimonios y algo más y La comedia del domingo; en novelas como Lobo, El infiel, La extraña dama, Regalo del cielo, El sodero de mi vida, Franco Buenaventura y Casi ángeles; y en unitarios como Alta comedia y Zona de riesgo III. En Noviembre, murió el cineasta Humberto Ríos (84), nacido en Bolivia y con trayectoria netamente argentina.
Entre los músicos que se marcharon: quedará en el recuerdo el ex Soda Stereo que partió el 4 de septiembre, luego de sufrir un ACV en 2010, después de un concierto en Caracas (Venezuela). No puede obviarse el accidente automovilístico que el 24 de ese mes truncó la joven vida de Carlos "Negro" García, guitarrista esencial del rock. Tampoco a una de las voces más inspiradas y personales del folclore, como la de Carnota, cuyo deceso ocurrió el 26. Y menos aún las recientes ausencias de Ferrer, autor de Balada para un loco y Chiquilín de Bachín; y el bandoneonista Leopoldo Federico; uno el 21 y otro el 28, ambos en diciembre. Y, el 27 de julio, la danza se conmocionó con la pérdida de la bailarina Iris Scaccheri (de 64), nacida en La Plata, tras una carrera comparada con la de Pina Bausch. Por eso es que 2014, quedará marcado a fuego, como el año de las lágrimas para el ambiente artístico vernáculo.

