Como era de esperar, cuando ayer al mediodía llegaron los restos de Sandro al Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de la Nación, para ser velados desde las 12.30 (estaba previsto a las 14, pero por el intenso calor adelantaron el horario); ya había una multitud haciendo cola para despedirlo. En medio de un fuerte y experimentado operativo de seguridad (similar al que se montó durante el de Mercedes Sosa, en octubre pasado) y entre aplausos, gritos y lágrimas, el féretro fue ingresado al recinto. Hasta las 20 horas -y luego de un momento a solas para sus íntimos, que prohibieron a medios y particulares tomar imágenes dentro de la capilla ardiente- se estimaba que 20 mil personas habían pasado por el Palacio Legislativo para dar su último adiós al ídolo popular, que falleció el lunes pasado en Mendoza y que será sepultado hoy a las 14 en un cementerio privado de Longchamps (en el partido de Lomas de Zamora), el Gloriam Cementerio Jardín, tal como señaló a Télam la vocera de prensa del artista, Nora Lafón.
En su mayoría mujeres maduras, aunque también había jóvenes y señores, los fans -que formaban larguísimas colas, de hasta 6 cuadras- fueron desfilando cadenciosamente y sin poder detenerse, alrededor del ataúd abierto, presidido por un crucifijo y cubierto con un manto de seda plateado.
Afuera, no faltaron llantos, cantos y hasta algunos desmayos. Tampoco las promesas de dejar de fumar, que varios hicieron públicas. Esa postal, que iba mutando mínimamente y en cámara lenta, se mantuvo incluso en la madrugada, pese a que se había comunicado que las puertas del Congreso cerraban para el público a las 23 pero a último momento la viuda de Sandro decidió que continuara el ingreso toda la noche debido a la cantidad de gente que aún esperaba su turno para despedirse del “Hombre de la Rosa”.
El multitudinario y sensible escenario también fue aprovechado por los vendedores ambulantes y no faltó el merchandising del Gitano, desde vinchas hasta pósters, pasando por rosarios, fotos y rosas rojas.

