A lo largo de su carrera, U2 nunca permaneció quieto mucho tiempo en el mismo lugar, su etapa durante los 80s y 90s son el mejor ejemplo de ello. En 10 años hicieron discos tan dispares como “The Joshua Tree” (1987) y “Pop” (1997). Se suponía que entre su anterior disco “Songs Of Innocence” (2014) y la secuela que acaba de ser publicada, “Songs Of Experience”, iba a pasar poco tiempo, pero algunas veces suceden cosas que hacen cambiar el rumbo o dilatar un proyecto.
Desde “Innocence”, Bono se accidentó en bicicleta y tuvo múltiples fracturas, Adam Clayton se tomó su tiempo para superar su adicción al alcohol, Donald Trump asumió la presidencia de los Estados Unidos, Inglaterra se separó de la Unión Europea, Europa y Estados Unidos se volvieron blanco fácil para los terroristas, y realizaron la exitosa gira por el 30° aniversario del “The Joshua Tree”.
Todo esto fue demorando la salida de “Experience”, porque además ante los hechos internacionales, necesitaban reescribir letras y cambiar algunas canciones. En “Songs Of Experience”, la palabra “amor” se repite mucho pero sin ironías. Al igual que en “Innocence”, en este 14to disco de estudio de U2, trabajaron varios productores, pero a diferencia del disco anterior, esta vez suena parejo.
Bono describió a “Songs Of Experience” como una colección de cartas a familiares, fans y a los Estados Unidos: mensajes y avisos de una figura pública con mentalidad global. Y durante la mayor parte del álbum, U2 contrasta rabia, desesperación, el cinismo de los acontecimientos de 2017 y un insistente optimismo. Como principal letrista, Bono hizo confesiones en los últimos dos discos.
“Innocence” fue una mirada autobiográfica de U2, sus texturas pop modernas mezcladas con sus raíces rock, como si fuera el álbum “Boy” (1980) desde la óptica de un adulto. En “Experience”, ese mismo hombre se encuentra en la crisis de la mediana edad, enfrentando los problemas del mundo y los suyo propios.
Abre el disco “Love Is All We Have Left”, una dulce melodía con cuerdas, en donde Bono hace dúo con su propia voz procesada electrónicamente. “Discutís porque no podés aceptar que el amor es todo lo que nos queda” canta Bono, para luego agregar “Hey, este no es el momento para no estar vivo”. La tranquilidad se rompe con la guitarra distorsionada de “Lights Of Home”, que comienza diciendo “No debería estar aquí porque debería estar muerto” en clara referencia al accidente que sufrió en 2014 y porque recordemos que los atentados de 2015 se produjeron un día antes del show que U2 tenía agendado en París.
Sigue la canción y Bono admite su crisis de fe cuando grita: “Oh Jesús, si todavía sos mi amigo, ¿Qué demonios tenés para mí?”.
“You’re The Best Thing About Me” tiene el ADN de U2, pero con un mensaje ambivalente. “Las mejores cosas son fáciles de destruir” canta Bono y sobre el final anuncia: sos magnífica, pero me voy de todos modos. “Get Out Of Your Own Way” es un llamado a no detenerse ni dejarse caer y salir del camino que se había tomado de ser necesario.
“Bienaventurados los matones porque un día tendrán que enfrentarse a sí mismos. Bienaventurados los mentirosos porque la verdad puede ser incomoda” dice el rapero Kendrick Lamar en la transición entre “Get Out Of Your Own Way” y el himno anti-Trump “American Soul” que comienza como un tributo de una banda irlandesa al rock & roll estadounidense, pero luego se convierte en un llamado a la acción para que Estados Unidos reciba extranjeros de todas partes: “El final de un sueño, el comienzo de lo real, que sea unidad, que sea comunidad. Para los refugiados como vos y como yo. Un país para recibirnos. Serás nuestro santuario Refu-Jesus!”.
“Summer Of Love” cuenta con los coros de Lady Gaga, y allí piden no bajar los brazos, si “En los escombros de Aleppo, florecen flores entre las sombras “, todavía estamos a tiempo de vivir un verano del amor. “Red Flag Day” continúa con la temática de los inmigrantes y echa una mirada sobre todos los que murieron y mueren ahogados en el mar Mediterráneo.
“El llanto del bebé es porque nació para cantar, los cantantes lloran por todo” comienza diciendo en “The Showman (Little More Better)”, que bien podría ser una mini-biopic de Bono. Con un alegre ritmo de los 50s “The Showman” le da a Bono la posibilidad de burlarse de sí mismo como cantante pop: “Hacer el show de desmoronarse es solo el comienzo del show”. A pesar del paso del tiempo y los recientes acontecimientos, U2 sigue siendo desafiante y tan decidido como siempre a hacer música importante para un mercado masivo.
“A veces el final no llega, el final está aquí”, canta con desconcierto en la balada “The Little Things That Give You Away”, mientras The Edge hace gala de una guitarra parecida a la de ese gran clásico llamado “Where The Streets Have No Name”. A continuación llega “Landlady”, una de esas canciones hechas para mantener el pesimismo a raya, entre la pesadez de las luchas personales políticas.
Volvemos a las arenas políticas con “The Blackout”, el Brexit y la presidencia de Trump son temas que preocupan a U2. Ritmo contundente y una guitarra que recuerda a “Mysterious Ways” (Actung Baby, 1991). Allí se preguntan si la democracia se enfrenta a un “evento de extinción”: “Una gran boca dice a las personas que no quieren ser libres”, y luego agrega “Cuando las luces se apaguen, nunca dudes de la luz que realmente podemos ser”. U2 llama a la resistencia.
“Love Is Bigger Than Anything In Its Way” es un himno al amor, un machacoso crescendo para no detener la marcha, un himno de estadios que dice: “Cuando piensas que terminaste, acabas de comenzar”.
Cierra el disco “13 (There Is A Light)” es una tierna reelaboración de “Song For Someone” (Songs Of Innocence, 2014), pero en vez de cantarle a su esposa, Ali, esta vez se dirige a sus hijos, instándolos a juntar fuerzas para enfrentar estos tiempos inciertos: “Tengo una pregunta para el niño que llevás dentro antes de que se vaya: ¿Sos lo suficientemente fuerte para ser amable? ¿Sabés que tu corazón tiene su propia mente? La oscuridad se reúne alrededor de la luz”.
“Songs Of Experience” muestra a U2 en su forma más madura y segura, interpretando canciones de pasión, amor, intensiones y una marcada desesperación por ayudar a cambiar el rumbo del mundo. Como resultado lograron su mejor álbum desde “All That You Can’t Leave Behind” (2000). Calificación: 4 estrellas de 5.