Como parte del cierre de su extensa gira Motormúsica (que hace dos años viene durando) Kapanga regresa a tierras cuyanas para ofrecer esta vez un espectáculo innovador con formato de teatro, pero que no se lo puede definir tampoco como acústico. Martín "El Mono" Fabio aclara que habrá una gran sorpresa para sus seguidores, con canciones "para sentarse a escuchar", es lo que adelanta el vocalista del grupo que a lo largo de 21 años, mantienen la adrenalina dentro y fuera del país. DIARIO DE CUYO habló con el cantante y sobre el presente de la banda. Opinó sobre la situación social del país, pero no quiso opinar sobre su ruptura con Andrea Rincón. "San Juan nos trata bien y estamos contentos por volver", comentó el músico previo a su arribo a San Juan.

 

– ¿El público lo recibirá bien con algo que no está acostumbrado a ver?

– Pensamos que nos va a ir bien y que le gustará a la gente. También hay ciertos prejuicios, si les decís que hacés un acústico, automáticamente van a pensar que se van a pegar tremendo embole. Entonces lo que prometemos es un espectáculo entretenido. Esto en 21 años jamás se vio.

– ¿Con los años el público se habrá vuelto conservador?

– Si es así, que se ponga una banda y toque 21 años seguidos como la laburamos nosotros. Si el público es juez, perfecto. No te gusta, no vengas, no te necesitamos. No nos escuches, escuchá a otros que te interesen. Si esta propuesta que hacemos, para alguno le parecerá una cag…, que no venga a vernos. Que vaya a hacer pogo a otra sala, que se emborrache y se pegue codazos con el compañero de pogo que tiene al lado. Pensá que nos siguen pibes de 4 años hasta los de 70. Cuando nos dicen "No voy más a recitales’, ‘Ando rengo’, ‘tengo 3 hijos’, ‘a mi mujer le duele la cabeza’… todo eso queda atrás cuando le dan ganas de ver a Kapanga desde una silla y disfrutará de un espectáculo diferente que nunca vio. Esta es nuestra propuesta. 

– ¿Como banda consolidada, necesitan probar variantes?

– Tenemos la opción de sentarnos en el lugar cómodo y tocar las canciones que funcionan. Pero no tenemos ganas de hacerlo así. Optamos por lo arriesgado. Somos inquietos y queremos hacer cosas que llamen la atención. Tratamos de no aburguesarnos, de tener objetivos, de hacer discos, hacer videoclips, conciertos y hasta una película. Rebuscamos las formas para reciclarnos y tener aire fresco. Principalmente lo hacemos por una cuestión: le pegamos todo de frente. No nos quedamos con ningún fracaso. Antes de seguir con las canciones que no fallan, que nos dan de comer, que nos hacen viajar, está buenísimo también hacer algo diferente. Esto es lo que nos cambia, lo que beneficia a nuestra carrera. 

– ¿Qué significan para vos el éxito y el fracaso?

– Un fracaso para mí es que vengan 10 personas y que perdamos plata. Un éxito es que la sala esté llena y con eso comemos un asado para toda la familia. Hay días que nos toca tomar un plato de sopa, otros días que podemos disfrutar de un asado a parrilla llena. El éxito o fracaso son una cuestión anecdótica, pero lo que queda es lo artístico. En cuanto a épocas malas o buenas, seguimos el consejo de Álvaro Alsogaray, que decía: ‘hay que pasar el invierno’, nos arreglamos con lo que tenemos. Contamos con un circuito ya armado durante años. La verdad no me quejo. Laburamos en las malas, buenas y peores desde tiempos de Menem. Siempre nos hicimos un huequito para continuar.

– ¿Y cómo viven el hoy?

– Es difícil, estamos en un tiempo donde no hay que dejar de pelear. Para la crisis del 2001, que fue lo peor que nos pasó, pudimos salir adelante en el 2002 con el disco ‘Botánica’ y fue como un resurgimiento, en el peor tiempo de Argentina. Ahora tenemos trabajo, no nos va excelente, con eso nos alcanza. Pero igual nos afecta porque desde el año pasado a hoy, la gente va menos a los conciertos, la afluencia bajó un 40%. Las personas empiezan a cortar lamentablemente las cosas que le hacen feliz: darse el gusto de venir a un recital, ir al teatro, comprarse una ropita o un zapato que le guste, cenar afuera. La gente se priva de lo que le hace bien, para poder sobrevivir. Esto no es vida. Cuando les quitás a las personas esos pequeños logros que habían conseguido, no termina bien. Estos que están gobernando van a tener que bancársela con las bo… bien puestas, porque en un momento la gente se va a cansar. Ya lo vivimos, pero parece que no tenemos buena memoria. Hay que ponerle el pecho y que pase esto lo más rápido posible, para que aquellos que vengan hagan las cosas por la gente y para la gente.

– Desde tu lugar como artista ¿cómo canalizas toda esta bronca?

– Trabajo de músico y punto, no le voy a cambiar la vida a la gente. No le llenaré tampoco de dinero los bolsillos. Solamente con Kapanga hacemos canciones y sabemos que no vamos a cambiar al mundo. Sabemos que tenemos unos pocos minutos para que la gente tenga algo de recreación y después, volverá a su casa con los mismos problemas de siempre. Somos una banda que tiramos buena energía, no somos una banda depre, tiramos para arriba. Cuando veo a los chicos sonriendo al pie del escenario, es un gran incentivo y soy un agradecido por eso. 

– En los últimos días, fuiste el centro de atención por tu relación y tu ruptura con Andrea Rincón…

– Es una gran chica y buena actriz, pero de mi vida privada no hablo. Mi única prioridad es mi hijo.

El viernes 14 de julio tocará a las 22 en Hugo Espectáculos. Anticipadas $250 en Data, Farmacia Echegaray, Drugstore 1345.