Estoy en San Juan desde el 2003 y desde mi primer asistencia al Auditorio, el Concertino (o ‘Primer violín’ de la Orquesta) era el Mº José Juncosa. Para mí su rostro con barba elegante era el ‘signo’ de la orquesta. Años después apareció un norteamericano llamado William Harvey y al poco tiempo, demasiado poco, contamos con otro joven, de Túnez. Buceando en Internet leo con emoción cómo en el 2005 William ‘descubrió’ a un joven que prometía mucho, habiéndolo escuchado en el IV Concierto de Mozart. Así lo convenció que ingresara a la Academia de Cuerdas de la Universidad de Indiana en el 2006. Descolló en sus estudios aunque naturalmente ya había comenzado en su país natal desde pequeño. Sus primeras composiciones fueron a los 8 años!! La palabra Tradición viene del latín tradere, que es ‘pasar de uno a otro’ y a la vez ‘guardar’ ese tesoro recibido. De alguna manera hay una ‘tradición’ entre William y Nidhal y qué lindo que en San Juan podamos gozarla. El Concierto Inicial de este año incluyó a Tchaikowsky. Su 3¦ Sinfonía data de 1875 y consta -cosa rara- de ¡5 Movimientos ! Introduzione e allegro: Se inicia con una marcha fúnebre. Las primeras sinfonías de Tchaikowsky tienen una semejanza con su conocida música de ballet y la característica es su constante cambio de ritmo (como para que los bailarines entren y salgan). Así este movimiento va acelerando y cambiando y al final es tan abrupto que incita a oyentes primerizos a aplaudir antes de tiempo (faltan 4 movimientos!!). Alla Tedesca: como indica el nombre, comienza con un vals alemán, pero iniciado con un pizzicato, este valsecito no es nada alemán. Andante elegíaco: Comienza como un conjunto de vientos, un levísimo pizzicato da el ritmo; fagote y corno puntean una nueva melodía hasta que aparece la flauta como un cucú al revés. Ahora chelos y resto de las cuerdas. Tchaikowsky es tan parecido a sí mismo que a veces nos olvidamos que es un romántico. Este movimiento parece más tedesco (alemán) que el anterior. Musicólogos comparaban esta sinfonía con la 4¦ de Schumann (Renana), el romántico por excelencia. David Brown llega a sugerir que Tchaikowsky concibió esta sinfonía pensando ¡cómo la escribiría Schumann si fuese ruso!, pero curiosamente un llamado del corno se asemeja a la sinfonía Italiana de Mendelssohn. Otro homenaje a un romántico Tedesco? Scherzo: ¡Esto sí es un vals para La bella Durmiente (su próxima obra) o Cascanueces! Pero hasta me parece escuchar una alusión al Vuelo del Moscardón de Rimsky-Korsakov. Recordemos que después del estreno Tchaikowsky mismo le escribió que su obra no tenía ideas muy exitosas, y poco antes de escribirla había recibido una ‘zurra’ de Rimsky sobre su primer concierto de piano. ¿Le querrá decir que era como un molesto abejorro? Finale: es una Polonesa, que para Tchaikowsky no era como para Chopin -una queja contra la Rusia Imperial- sino al contrario un código de música de la dinastía Romanov al Imperio del Zar. Pero me parece que la comparación de tantos músicos con la Renana de Schumann es acertada. Para citar a D. Brown ¿es un Schumann ruso o un Tchaikowsky alemán? Al final el carácter hímnico casi se acerca a la sinfonía Lobgesang de Mendelssohn. Pero nunca dejó de ser ruso.
Y hablando del Imperio Ruso, sólo después de la caída del Muro se nos hizo patente lo que sabíamos pero teníamos propensión a olvidar. La URSS heredó el espíritu imperial. Así Aram Kachaturian (1903-1978) no es ruso sino nacido en Georgia y trasladado desde los 19 años a Moscú pero nunca renuncio a su espíritu Armenio. Su Concierto para violín data de 1940 y consta de tres movimientos. Allegro con fermezza: Rápida introducción y el violín inicia de manera repetitiva el tema inicial. Después de arpegios descendentes con arpa y todo, el oboe entona un lamento que da pie al violín a cantar una melodía suspirante respondida por corno y maderas. Nuevo inicio por lo chelos. Luego una Cadenza en la que el violín empieza con respuesta del clarinete que luego calla para dejarlo solo por mucho tiempo. El ritmo crece y para el final reaparece el tema inicial. Andante Sostenuto: Fagote y clarinete abren para que el violín desarrolle una cantilena melancólica. Bronces y cuerdas siguen; vuelve el fagote y cuerdas para acompañar al violín, y otra vez el clarinete. Hay un Crescendo orquestal y el violín sostiene sus notas finales con el corno y cuerdas en sordina, flauta, fagotes, arpa y cuerdas pizzicato (es justo reconocer el genio de Kachaturian en este bello 2¦ Movimiento pero también subrayar la belleza del sonido cristalino del violín de Nidhal). Allegro Vivace: Es una Fanfarria inicial. Sigue un Rondó, o sea una melodía que ‘vuelve’ todo el tiempo (como una ronda). Y aquí el espíritu es decididamente folklórico y armenio. Ese tema repetitivo es el del primer movimiento y otra vez preparado por el dúo fagote-clarinete. Y a semejanza del comienzo de la Sinfonía de Tchaikowsky el ritmo asciende hasta llegar a ‘golpes orquestales’ y con vértigo de cuerdas a un enérgico final. Ciertos momentos repetitivos de la parte final de este tercer movimiento me recordaban el ambiente minimalista del Concierto de Philip Glass ejecutado por Selva Sugo el pasado mes de octubre. Claro que la obra de Kachaturian lo antecede en 47 años. Los compases finales son tan ‘bailables’ que sonreía imaginando si lo hubiese tocado Harvey ¡cómo habría bailado! Gracias a la orquesta que sonó maravillosamente. ¡Qué buen inicio de temporada! ‘Merci bien’ Emmanuel y un inmenso ‘Shukrán’ para Nidhal.