Ayer estrenó Don Quijote en el Teatro del Bicentenario, protagonizada por el sanjuanino Guillermo González y su esposa uruguaya, Lucía Piccini, junto a un cuerpo de baile de 90 bailarines.
Primera apuesta local en el gran coliseo encarada por la RIPE, que tendrá dos funciones más, hoy y mañana. La presión era mucha, pero hace meses que trabajan y eso les daba confianza. Sin embargo la ansiedad por salir a escena atravesaba a todos por igual.
Los camarines del Teatro del Bicentenario se vieron colmados por los integrantes de este ballet. Mientras la bailarinas retocaban maquillaje, charlaban, reían y empezaban a calzarse los tutú, en otro camarín, mucho menos ruidosos, los varones, tomaban mate y comenzaban con los estiramientos.
Los más dicharacheros eran los actores. Habían llegado a las 18 para maquillarse y una hora antes de la función ya deambulaban por los pasillos haciendo bromas. "Esta será la mejor’, decía Mauricio Nozica, uno de los actores, que ya había interpretado anteriormente a Don Quijote, pero nunca en los tres actos, como fue la puesta que estrenó anoche. Nahuel Gordillo Envaca (Lorenzo) arreglaba su pañuelo, Marcos González (Camacho) ya estaba listo, con sombrero y todo; mientras que un serio Sancho Panza (Federico Lucero) terminaba de prepararse.
Detrás de otra puerta, "las amigas’ de Kitri (Lucia Desgens y Micaela Gómez), estiraban y picaban un mix de frutas secas y pasas.
De pronto, un grupo de niñas vestidas de blanco circulaba por un pasillo. Eran las bailarinas más chicas del grupo, que con 10,11 y 12 años, debutaban en ese escenario mayor. Distendidas, sin nervios y bien dispuestas, así estaban las "Cupido’.
En la puerta que anunciaba los nombres de los protagonistas, Basilio y Kitri, Guillermo y Lucía, no había nadie. "Están en la sala de ensayo’, comentó alguien. Y es que los bailarines que en Montevideo integran el ballet SODRE, prefirieron aislarse para concentrarse para la escena.
"Mucha merd’, se desearon, y a las 21 todos fueron convocados al escenario. Recibieron las últimas indicaciones y después se tomaron de las manos y rezaron. Los que no, se mantuvieron en silencio acompañando el ritual que anunciaba ya la salida a escena. Después solo quedaba hacer lo que saben hacer, bailar, y disfrutar de la tarea cumplida.
Crédito Mariano Arias
Encendidos aplausos para un buen debut
Muy puntual comenzó la primera función de Don Quijote, la puesta sanjuanina del famoso ballet clásico montado por la RIPE, y ante la primera oportunidad la platea aplaudió cálidamente a los bailarines, particularmente a Guillermo González y Lucía Piccini, en los roles centrales de la obra.
Antes del inicio, las directoras generales Cristina Brisson, Celina Castro, Beatriz González, Soledad Lloveras, Reina Pérez, Griselda Sisterna y Shirley Jorquera (a cargo de la reposición coreográfica), se mostraron satisfechas y tranquilas por la tarea realizada y el resultado de meses de trabajo subió al escenario del Teatro del Bicentenario anoche.
El pícaro Basilio que compuso el sanjuanino y la estilizada Kitri de la uruguaya enamoraron por igual y fueron seguidos de cerca por un respetuoso público, que al cierre de esta edición disfrutaba de una puesta prometía fluir hasta el final sin tropiezos.