Coordinando el trabajo. Desde que arribó a la provincia el artista se abocó a coordinar la confección de los vestidos con los diseñadores locales.

Artesanos textiles, diseñadores de moda, de indumentaria y de alta costura; algunos con más experiencia y otros con menos, unos más conocidos y otros de perfil más bajo; 27 personas son las que trabajan sin prisa pero sin pausa bajo la mirada del creativo franco-camerunés Lamyne M. que viajó desde la ciudad francesa de Saint-Denis a San Juan para dictar el workshop Los grandes vestidos reales, que comenzó el miércoles pasado y finalizará mañana.

Los pisos del patio y otras instalaciones del Sirio Libanés, sede del seminario, se cubrieron de ovillos de lana, montones de totora, tules y toda clase de telas; mesitas con costureritos de todos los tamaños, telares y maniquíes en los cuales los trabajadores se dedicaron a coser proyectos, bordar ilusiones y probar cómo lucirán sus sueños una vez terminadas las cuatro prendas bocetadas a lápiz.

 

¿El gran desafío? Los participantes coincidieron en un aspecto no menor: la mayor dificultad fue vencer su pensar individual, para abrirse a la tarea colectiva. En ese reto, se armaron los equipos en los que unos se encargaron de los moldes y otros de las tijeras, de las agujas de tejer, el teñido y el cosido a máquina.

"Las tramas, la recuperación de los textiles y la construcción de la idea de los diverso y de Argentina, fue la propuesta que nos unió a los que estamos vinculados al rubro textil en referencia al tejido, la urdimbre, el crochet y el bordado", dijo Graciela Pérez acerca del grupo que integra con colegas como Miriam Atencio, Miriam Pérez, Cecilia Rabbibaldi, María Eugenia Alba, Ana Cascon y Lala Céspedes.

 

 

"Es una práctica intensa. Muy complicada", dijo la mayoría. "Estamos acostumbradas a tomar nuestras propias decisiones pero esto es grupal. Comenzamos en base a un diseño que armó Cecilia, después fuimos viendo qué podía aportar cada una", agregó Pérez.

Por su parte, las costureras María Marta Baliña, Cora Herrera y Laura Recabarren hicieron foco en el mismo tema: "Es difícil ponerse de acuerdo".

"Uno empieza a conocer los valores propio y los ajenos, hay que matar el ego. Las ideas, el concepto y las propuestas son de común acuerdo pero por cuestión de tiempo dividimos las actividades", expresaron sin quitar la vista a las puntadas de los apliques de uno de los modelos al que concibieron basándose en la mujer argentina desde la época ancestral.

Otro núcleo se conformó con los modistos Francisco Zito, Cristina Rey y jóvenes como Iván Pastem, Lucas Murciano, Ignacio Fioll y Daniela Ortega. "Quisimos recrear a una mujer fuerte, poderosa. El disparador fue Doña Paula pero también lo fue la Ñusta, la hija del Cacique Angaco. De ahí, cada uno hizo un diseño, luego juntamos todo y fuimos viendo lo que nos gustaba para ir uniendo las piezas. Utilizamos telas de tapicería y el estampado se relaciona con lo autóctono y las reminiscencias africanas", apuntó Zito.

"Es algo motivador, para seguir creciendo. Sentís que aprendés de los demás y, a la vez, aportás un granito de arena a un conjunto", subrayó Iván.

Es que no es para menos, luego del taller aterrizarán en la provincia cinco vestidos realizados por Lamyne, para ser expuestos junto a los creados en San Juan, del 22 de noviembre al 20 de diciembre. Posteriormente, tres de estas piezas serán llevadas a Buenos Aires y a París para ser expuestas en el Instituto del Mundo Árabe; la cuarta, quedará en San Juan.

"En un principio, iban a ser dos los vestidos que se realizarían, uno que se llevaría Lamyne y otro que se exhibiría aquí, en espacios como la Alianza Francesa, el Museo Franklin Rawson y el Centro Cívico, entre otros, pero se decidió que serían cuatro debido a la cantidad de inscriptos y la capacidad de cada uno de ellos. También por la cantidad de propuestas e interpretaciones acerca de estos grandes vestidos y lo que somos", sostuvo Mariela Limerutti en referencia al convenio entre la Secretaría de Ciencia y Tecnología de Innovación del Gobierno de San Juan en la que ella se encuentra; la Embajada de Francia, el Instituto Francés, la Alianza Francesa de San Juan y la de Buenos Aires.

 

(crédito Marcos Urisa)

 

 

 

Manos mágicas.

Dando una puntada tras otra o manejando el telar, la concentración es extrema.

 

 

 

Más tarea.

El armado de una muñeca para uno de los modelos y la selección de tela y el ovillo de lo necesario

 

 

 

Lamyne M.

 

"Mi objetivo es el intercambio"

– ¿Cuál es el objetivo de este workshop que realiza en diferentes países del mundo?

– Desde hace 15 años, mi objetivo es el intercambio, el compartir. Yo no vengo a enseñar, vengo a aprender, a trabajar juntos.

 

– ¿Qué encontró en San Juan?

– Esta experiencia en San Juan es fabulosa, increíble. Es el mejor equipo que encontré porque hay ricos, pobres, mayores, jóvenes, hombres, mujeres, todas las orientaciones sexuales, las religiones y los diferentes pensamientos políticos. Son experiencias que marcan.

 

– ¿Qué particularidad observa en San Juan?

– Que hay arquitectos, artesanos, costureros, gente que trabaja la piedra, que teje, que hace reciclado. Las diferentes ramas del trabajo artesanal de Argentina.

 

– ¿Qué reflejarán los vestidos?

– La sociedad. La riqueza y la fortuna, el reciclaje y la superposición social, la fragmentación y los contrastes. Es el trabajo colectivo que va a representar a este país en París.

 

– Siempre con el foco puesto en la mujer…

– Mi tarea es buscar el lugar de la mujer en el mundo y en la sociedad, no sólo en Argentina. Para mí, la mujer es una reina, hay reinas en todo el mundo. Son nuestras madres, tías, hermanas, esposas…

 

 

– Es un momento importante para el universo femenino que reclama sus derechos.

– Y es algo que ocurre en el mundo entero.