Pasado y presente, la gloria de un tiempo, con la frescura de lo nuevo que suena actualmente, "Entre el ayer y el hoy", es la propuesta que el consagrado artista tucumano Juan Falú ofrecerá este fin de semana en el Auditorio Juan Victoria, después de diez años de su último espectáculo. Nuevamente, el guitarrista y compositor, (hace un mes participó en la Feria de la Cultura Popular y el Libro) tendrá un especial reencuentro musical que incluirá obras de autores nacionales, pero también piezas de su autoría, contando con la participación de la Orquesta Guitarras de Rawson y la Orquesta Arte & Guitarras, como grupos invitados. El creador del Festival Guitarras del Mundo y que también está dedicado a la docencia a sus 70 años de edad, dialogó con DIARIO DE CUYO.

 

– ¿Qué le produce volver después de mucho tiempo al Auditorio?

– Voy con muchas ganas, hace tiempo que no toco en el auditorio y recuerdo hermosos pasajes con el público y con sus músicos. En San Juan viví buenas experiencias musicales y logré amistades que me dejaron una marca importante. Intenté expresar todo eso en una tonada nueva que acabo de componer "A San Juan", se llama así justamente, porque es una devolución por todas las gratificaciones que tuve. Además, grabé un disco de música por sanjuaninos, con Rolando García Gómez, "Coquita y Alcohol" -editado en 2007- y terminó siendo uno de los mejores recibidos por la gente. Así que iré con una excelente motivación para volver. 

 

– ¿Qué emociones le despierta la tonada cuyana?

– Siento un enorme placer por la tonada al escucharla. Sus melodías son tremendamente bellas. Dentro de la música argentina, tienen desarrollos melódicos más hermosos que existen. La tonada marca un camino, es un género muy particular, único de su región. La zamba se toca en todo el país, pero la tonada es entrar de lleno al corazón de la región. Por eso tengo especial admiración por los guitarristas cuyanos.

 

– ¿Qué observación hace respecto a los jóvenes de Rawson que se acercan a la guitarra criolla?

– Escuchar a las Guitarras de Rawson me permite compartir un trabajo extraordinario. Los jóvenes vienen empapados en lenguajes musicales diferentes y universales, que pueden mantener viva la tradición de la música de su tierra. Cada nueva generación que agarra la música tradicional, se da la posibilidad de que aparezca un nuevo ingrediente que ayude a enriquecer, pero otras veces, eso no sucede, sino que ocurre un retroceso. Entonces, es importante el rol del docente; que los mayores puedan transmitirle a los chicos y corregir lo necesario para que no se alejen mucho de las huellas de identidad. Es una situación que demuestra que el folklore está en movimiento permanente. Hay que tener cuidado en no caer en el tradicionalismo absoluto que bloquea a la creatividad, pero tampoco perderse en el reformismo por el reformismo mismo. Hay que buscar un equilibrio de todo.

 

– En este sentido, ¿qué aprende de sus alumnos?

– Cuando fui joven, era muy rupturista de las formas, había que tomar posición en mi época. Podía ser una posición conservadora o bien progresista, respecto a la música. Pero ahora los jóvenes no están con esa disyuntiva. Eso es bueno. En la Universidad Nacional San Martín doy clases en la licenciatura y trabajo música cuyana sobre cueca y tonada. Lo que hacen los chicos es hermoso. Ponen sus cosas, pero tienen un respeto total a la raíz. Aprendo mucho de ellos. Mi hijo de 22 años toca jazz en guitarra y maneja unas armonías que me superan. Soy testigo y doy fe, en más de 30 años de carrera, que hay un interés creciente por la música argentina. Si yo les hago escuchar a Félix Palorma, a Ernesto Villavicencio o a Los Caballeros de la Guitarra, se quedan maravillados y descubren todo un mundo nuevo. Enseguida lo adoptan con gusto. Con la información que tienen, la técnica que manejan, su respeto hacia los mayores y las ganas que ponen, la cosa viene muy bien. No son músicos comerciales, pero sí continuadores de una estética argentina.

 

– ¿Qué valores no deben dejar de recordar?

– De cuidar las fuentes y tener claro que en toda ruptura de un modelo tradicional, tendrá un resultado estético más seguro, si eso que se quiere reformar se lo conoce bien. Llevar una filosofía de vida, donde no reduzca al arte como herramienta hacia el éxito fácil. Sino que sea un ingrediente esencial y cotidiano de la naturaleza humana. Si en consecuencia, resulta ser un camino profesional, bienvenido. No hay que confundir los objetivos. Cuando se compone, se graba, se actúa en un escenario, debe entregarse un arte madurado y no un arte apurado.

 

DATO
Entre el ayer y el hoy, el nuevo espectáculo musical de Juan Falú se verá este próximo sábado 17 de noviembre a las 21.30 en el Auditorio Juan Victoria. Entrada general libre y gratuita.