Eruca Sativa, una banda que todo el tiempo transforma y se transforma, no tiene fórmula única definida y no se conforma con lo que sale bien una vez. Así se define a lo largo de estos 10 años de trayectoria consolidada como nuevo exponente del rock nacional y con una notable impronta femenina demostrando, en cada show, que las mujeres también pueden expresarse con una buena zapada. Brenda Martín, la vocalista y bajista del power trío, en entrevista con DIARIO DE CUYO, dijo que el generar una actitud para que las mujeres se animen es un gran paso para renovar el género. Además, que no se sienten “cabeza de nada, ni de nadie, sino que están con “los pies en la tierra”.

– ¿Cómo viven un momento de celebración y a la vez, de expectativa de aquello que está por venir?

– Siempre estamos con la cabeza en el futuro, más que en el pasado y nuestro corazón en el presente. Realmente nos motiva la necesidad de componer canciones nuevas y plasmar en música todo lo que hemos vivido, desde la composición del primer disco, hasta el de ahora. Es un proceso que estamos haciendo y, a la vez, juntarnos con nuestro público a celebrar la música, con aquellas canciones que ya viven en él. Y también, haciendo lo que más nos apasiona: girar y tocar en todos lados. La combinación de ambas cosas nos permite nutrirnos de esa ruta que nos da la experiencia para seguir haciendo más música.

– ¿Qué aprenden en el camino de las giras?

– Creo que lo más interesante está por venir. Pero este año intentamos, desde nuestro lugar, hacer aportes con acciones concretas para que las mujeres tengan más lugar en el escenario. Queremos equilibrar la balanza y que haya igualdad de cupo femenino en todas las áreas de una producción. Nos paramos arriba de un escenario como algo inspirador para muchas mujeres. Por eso, en esta gira elegimos bandas teloneras con artistas que admiramos mucho y que presentan propuestas interesantes.

– ¿Ha quedado arcaica esa figura idolatrada de la estrella de rock que llena estadios y que genere fanatismo masivo?

– La verdad que hay cosas que siguen estando, pero más ligado al pop y a los estilos latinos. No tanto en el rock. Actualmente hay pocos gigantes del rock en la Tierra. Salvo Paul McCartney, Mick Jagger o Charly García, que son líderes de otro tiempo. No aparecen nuevas figuras iluminadas todos los días.

– ¿El rock ha dejado de necesitarlas?

– Ojalá que sea así. En mi idea personal, es mucho mejor que la música trascienda a los propios artistas y a las personas en general. El fanatismo me parece malísimo, en cualquier ámbito, porque hace que una persona no mida y no piensa lo que hace y me parece bien que la tendencia haya cambiado en otra dirección. La estrella tipo “Pomelo” (personaje paródico creado por Peter Capusotto y Pedro Saborido) ya fue. No sirve, no aporta, no rompe con ninguna regla, copia mal a tipos que sí fueron estrellas de verdad, pero termina siendo una bizarreada que no aporta nada.

– ¿Rompen ustedes con las barreras que impiden la igualdad de hombres y mujeres en el rock?

– Ojalá lo estemos haciendo, ojalá las estemos rompiendo. Muchas chicas nos vienen diciendo esto: “No pensé que una mujer podía tocar así el instrumento y me animé a hacerlo gracias a ustedes”, eso que nos pasa está buenísimo. Porque podemos contagiar con la actitud y la motivación. Cuando nos pusimos a tocar por primera vez, ni siquiera se nos cruzó hacerlo por el género, ni que éramos mujeres. Con el tiempo, después, los demás se pusieron a pensar en eso. ¿Qué se siente ser mujer? Nunca me lo pregunté, porque nací mujer. Creo que es más difícil de contestar cuando pregunto qué se siente ser hombre. Con la historia nos dimos cuenta que el lugar que estábamos ocupando habían pocas mujeres.

– ¿Alguna vez se enfrentaron con actitudes chocantes de prejuicio o maltrato?

– Como Eruca Sativa no hemos sufrido cuestiones y problemas de género. Pero sí sabemos y somos conscientes que a muchas mujeres les pasa. Nos sentimos respetadas por los colegas. El prejuicio machista tanto de hombres y mujeres de hace 30 años atrás era que si veían a una mujer tocando en un escenario, se pensaba que era novia de algún músico o era asistente de tal banda. O la idea que si tocábamos, podía escuchar música blandita, tibia o femenina con ese mal concepto de lo femenino. Pero como sorprendimos a todos con el rock duro, nos jugó para bien. Es una suerte que tuvimos. Ahora, no sólo tocamos en el escenario, también vemos mujeres que son mánagers, operadoras de sonido, asistentes de escenario. Siempre se dijo que el hombre es el que la tiene más clara en la parte técnica. Pero eso ya no es así, en este cambio de pensamiento, de abrir los ojos a la igualdad de derechos que todos buscamos socialmente, hicimos que este grupo compartamos y busquemos lo mismo.

– ¿Qué cosas evitan para no entrar en la zona de confort?

– Tratamos de no repetirnos, de buscar caminos nuevos y de trabajar con personas que sintamos que estén por encima de nosotros; que podamos aprender. No nos gusta ser la cabeza de nada, ni de nadie. Tenemos hambre de aprendizaje. Buscamos movilizarnos de lugar, de ingeniero, probar con músicos invitados o con instrumentos nuevos para componer. Nos gusta romper con la costumbre, de lo contrario, es aburrido y no se vuelve desafío. Ya sabemos todo lo que no queremos hacer en el próximo disco. Estamos en una etapa nueva para nosotros, tanto en shows como en gira. Queremos abrirnos a Latinoamérica, recorrer la parte de Europa que no conocemos y llegar a Estados Unidos. El mundo es nuestro destino. Los tres vamos al mismo lugar, crecemos a la par, no nos quedamos quietos y disfrutamos por igual. Tenemos mucha química musical los tres y es nuestro mejor momento humano.

DATO

Eruca Sativa en San Juan. En Sala del Sol de Luna Morena, viernes 13 de abril a las 21,30. Banda local invitada: Limbo. Venta de entradas: DATA 2000, Hoffman y Kiosco 24. Valores: $300 anticipadas; en puerta $400.