Histórico capocómico de los escenarios porteños, marplatenses y de Carlos Paz, Miguel Ángel Cherutti, el hombre de las mil voces, celebra sus 38 de años de trayectoria realizando una gira por todo el país con el nuevo espectáculo "Inoxidable", un unipersonal que incluye las mejores imitaciones y monólogos; y un segmento de tangos con humor, en una velada de más de una hora de puro entretenimiento. Antes de su arribo al Teatro Sarmiento, Cherutti habló con DIARIO DE CUYO sobre su presente y las nuevas tendencias del humor teatral argentino.
– ¿A esta altura, tu estilo de humor se acerca más al de Landriscina?
– Me sacaste la idea de la boca. Landriscina se paraba en una banqueta y se ponía a narrar, la gente lo miraba a él, no importaba si el telón era rojo o negro. Hay espectáculos actuales con pantallas de LED, luces de colores, mucha tecnología, pero muchas veces el contenido de lo que se ofrece, no sirve para nada. Entonces, más allá de una producción bien preparada, busco lo que hacía Landriscina.
– Para llegar a este nivel ¿fue necesario todo ese camino que transitaste?
– Sí, por supuesto. Porque llevo años de trabajo, mis comienzos con la gente que confió en mí como Gerardo Sofovich, Juan Carlos Altavista, Jorge Porcel, un gran ejército de artistas que me enseñaron a transpirar mucho la camiseta. Con todo eso logré un estilo y no lo abandoné. No quiero inventar nada para tratar de ser más gracioso que otro. Los tiempos me dieron la razón. Por todo ese camino que hice me doy este permitido. Por eso uso la palabra inoxidable, mantengo la misma dureza desde mi comienzo, soy resistente a todo, sin dudas estoy más seguro de encararlo por la experiencia y la vigencia que tengo para hacerlo.
– ¿Sentís que hay un vacío en teatro y televisión, con la ausencia de estos exponentes que mencionaste?
– Totalmente. Todos esos humoristas ya no están y marcaron un momento tremendo. Recuerdo lo estricto que era Juan Carlos Calabró y hablando con Gabriel Mesa, el hijo de Juan Carlos, coincidimos en que se podría volver a hacer algo parecido con un programa televisivo de humor. Guionistas, colegas y ganas existen para hacerlo.
– ¿Ese mismo estilo de humor es posible, cuando hoy hay otros lenguajes, tiempos, públicos y contenidos?
– En este espectáculo que hago no cometo desagravio a la mujer ni al hombre. Desde el humor, el chiste machista siempre va a estar, pero también el chiste feminista seguirá estando. Trato de lograr un equilibro y la gente entiende eso. Antes, se jodía mucho a la mujer con cosas que no eran buenas. Incluso yo lo hacía y no lo niego, no resisto el archivo, pero entiendo que los tiempos han cambiado. Estoy de acuerdo. Sin embargo, los chistes siempre son los mismos, cambió en verdad el remate y la forma de contarlos. Pero ahora, hay que tener mucho cuidado y mucha sensibilidad con el humor que se hace.
– ¿Los cambios sociales y culturales hacen que el humorista haga un replanteo de su rol artístico?
– Creo que sí, tengo mis hijos que les gusta mucho el stand up y los youtubers, pero bueno, yo pienso en Doña Rosa, quien se esfuerza para sacar la entrada, que quiere verme bien en el escenario, que se emociona hasta las lágrimas por verme. Trabajo para un público que es mayoritariamente de 40 años para arriba y le dejo un mensaje desde lo humano y lo emotivo.
– ¿La lógica televisiva devora el espacio teatral?
– Sí, es verdad, desde el humor somos pocos los que nos animamos a hacer una gira. Me encantaría poder hacer un music hall o una revista, pero los costos actuales para sostenerlo son muy altos, lamentablemente no es posible afrontarlo. La tele en cambio me lleva a un lugar que trato de evitar. Está faltando gente que realmente tenga idea clara de lo que quiera hacerse y veo mucha improvisación. El humor interno que sólo lo entienden los que trabajan en el canal juega en contra para vender entradas.
– ¿Te cansa que los programas de espectáculos se enfoquen más en la farándula?
– Claro porque hoy cualquiera cuenta sus miserias en la tele; yo vengo de otra estepa, otros códigos. Todo es sensacionalismo y hablar mal del otro, no comparto eso. Es más, cuando me invitan a un programa para promocionar el show, los panelistas te preguntan qué opinás de la grieta. Prefiero no hacerlo porque me cambian las reglas de juego. Para hablar de política prefiero hacerlo en casa y puertas adentro. El artista no tiene que exponerse. Tengo formación y pensamiento, pero no tengo por qué exponerme en la tele si Cristina es esto o Macri es lo otro. Respeto a todos, pero no es bueno para el público. Me pongo por fuera de eso.
– ¿Has pensado hacer algo por fuera del humor, trabajar en ficción por ejemplo?
– Un próximo permitido mío es hacer ópera o comedia musical. Una profesora de canto me dijo que estaba listo para un rol dramático en Los Miserables. Me encanta esa idea. El cine y la ficción no me desesperan, pero sería lindo estar en una película haciendo algo diferente. Si me llegase una propuesta, aceptaría y diría que sí, sin dudas.
DATO
- Inoxidable, unipersonal de humor con Miguel Ángel Cherutti. Viernes 14 de junio a las 21 en Teatro Sarmiento (Alem 13 norte). Entradas $450 y $350.