Una escena exquisita para atesorar en la memoria. La Orquesta Sinfónica con sus instrumentos a pleno, vientos, maderas, percusión y cuerdas; el Quinteto Vitale, la ejecución de Lito Vitale y una platea deseosa por sentir y escuchar, configuró una postal imborrable, nada menos que en el espacio acústico por excelencia que tiene el país: el Auditorio Juan Victoria. Para celebrar los 30 años de "Ese amigo del alma", Lito logró junto a la orquesta y su quinteto un ensamble lujoso. También digno de registrar, ya que anoche la ocasión sirvió también para grabar el nuevo CD/DVD con todos los detalles del espectáculo. Anoche, la función inició con "La vida es un tango", seguido por "Estar entre nosotros" y el clásico imprescindible a la hora de repasar los grandes hits del creador de MIA: "Noticiero nacional". El show fue enérgico, potente, a la altura de un escenario perfecto y con muchos colores acentuados con la actuación de Víctor Carrión que estuvo a la vanguardia de la puesta, añadiendo en varias ocasiones la flauta traversa, la quena, el saxo soprano y el tenor. Como dos alfiles estratégicos de una partida ajedrecística, el bajista Juan Pablo Rufino y el guitarrista Mariano Delgado otorgaron ritmos y variantes en cada pasaje del recital. Y lo que más cautivó fue la imponente presencia de las cuerdas y los vientos que, comandados por la batuta de Emmanuel Siffert, dieron un toque de distinción y mucho vuelo sonoro en las diez piezas repartidas del repertorio. Mientras que el protagonista de la velada tenía frente al piano una serie de dispositivos y teclados adicionales, con los que orquestaba múltiples movimientos y acordes que amplificaban los sentimientos más profundos en las obras interpretadas. Hubo un clímax con "Viento sur", una brillante composición co-escrita por Vitale y María Elena Walsh y al cierre de esta edición, la velada culminó con "Ese amigo del alma", para coronar el encuentro.
En las transiciones, el pianista intervino con agradecimientos y mensajes para sus escuchas: "Estoy feliz de estar aquí con semejante público que nos dio esta recepción, les agradezco en el alma esta noche inolvidable para nosotros". Y también tiró flores a sus colegas: "Les pido un aplauso enorme con estos cuatro gigantescos músicos del cuarteto que me acompañan y que aprendieron la música con un amor y una dedicación espectacular", agregando además: "Nuestra idea es compartir nuestros 30 años con las orquestas de las provincias. Cuando conocí a la orquesta de San Juan, me enamoré de ella, así que les pido un aplauso especial para ellos", de esta manera, ante la sala inundada por los aplausos, las devoluciones recayeron en los miembros de la sinfónica con los saludos pertinentes del director suizo.
FOTOS: DANIEL ARIAS