Ceños fruncidos, preocupación y muchas reuniones. Este es el panorama entre los directivos del Departamento de Música, las autoridades de la Facultad de Filosofía de la UNSJ y alumnos después de enterarse que desde la administración del Auditorio Juan Victoria se dispuso que "por una cuestión de seguridad" no se dicten más clases en el segundo subsuelo están de camino a las salidas de emergencia de la sala del Auditorio. "Por medidas de seguridad se usarán los camarines como su palabra lo indica y no para dar clases dado que se encuentran en el circuito de salidas de emergencia y es un espacio de difícil evacuación" dijo a DIARIO DE CUYO, el director del complejo, Rolando García Gómez.
La medida generó zozobra en los más de 50 alumnos de las cátedras de contrabajo, fagot, violoncello arpa ,viola y clarinete, que tomaban clase en ese espacio del Auditorio, algunos de los cuales ayer se acercaron hasta el Auditorio para pedir explicaciones y firmaron un petitorio.
"De un día para el otro, nos privaron el acceso al segundo subsuelo del auditorio, dejándonos, no sólo sin lugar para estudiar y dejar los instrumentos, sino también sin la posibilidad de dar y tomar clases" dijo Natali Dominguez, estudiante de contrabajo.
"De ninguna manera esto es discriminación ni malos tratos, es una medida para ordenar lo que está desordenado y en bien de todos. Yo no quisiera una situación de emergencia y tener gente en los pasillos estudiando con instrumentos grandes, que 300 personas les van a pasar por encima" puntualizó el director que detalló que "para evacuar 960 personas en una situación de riesgo, tenemos que hacerlo la mitad por las puertas de atrás y la mitad de adelante por el escenario y las salidas de emergencia dan al circuito de los camarines del segundo subsuelo".
Para explicar que no fue una decisión sorpresiva, García Gómez explicó que "el año pasado, en diciembre, tuve una reunión con las autoridades de la Escuela de Música para plantear un ordenamiento en el uso del auditorio".
"No pensé que nos iba a clausurar así" dijo el director de la escuela de Música,César Sánchez. "Venía haciendo algunas alusiones, pero el lunes (de la semana pasada)recibí una nota que decía que el segundo subsuelo del auditorio ha sido clausurado como aula, que se tiene que restituir con la función que teóricamente es la real de camarines y que a causa de eso yo me quedo sin 7 aulas, eso es lo real. Son 7 aulas menos que funcionaban desde las 8 de la mañana hasta las 21", dijo en referencia a los camarines, salas con una dimensión de dos por dos.
Pese a que desde el Departamento de Música esperaban que una conversación entre funcionarios de mayor rango significara dar marcha atrás con la disposición, la ministra de Turismo y Cultura Claudia Gryzpam avaló la decisión al considerar que "no se puede tomar clases en camarines". No obstante aseguró que en conjunto con la decana de Filosofía, Rosa Garbarino, están buscando "optimizar los espacios de estudio" del Auditorio. "No es una decisión unilateral, lo tenemos que hacer en conjunto con la Facultad, que a partir de marzo los lugares de estudio sean los que corresponden ser, habilitados para tal fin y que no estén obstaculizando ninguna salida de emergencia ni algo que pueda ser riesgoso para los propios estudiantes". Además, la funcionaria puso paños a la preocupación de profesores y alumnos, al opinar que hoy "no hay conflicto, porque no hay clases y hay espacio de sobra en las aulas (del primer piso) para estudiar. Pueden entrar al Auditorio y estudiar en los espacios que corresponde, las salas de estudio y en los horarios pertinentes. Hay un horario de apertura y cierre que se tendrá que respetar", aseguró.
Edificio parado
Hace tiempo que la cantidad de alumnos que asisten al Departamento de Música de la UNSJ superó la capacidad edilicia que tienen en el edificio de la calle Félix Aguilar y en las aulas del Auditorio Juan Victoria, que utilizan desde hace décadas.
Por eso esperan con ansias tener un edificio propio acorde al crecimiento que ha tenido el último tiempo y aunque la obra está en construcción estuvo parada más de un año después de que la empresa Salmax SA abandonara los trabajos. A mediados del 2016 la obra se habría reactivado, después de que hubo que volver a licitarla, y podría llegar a estar lista en 2018.