“Estoy muy enamorado”, dijo Baby Etchecopar luego de oficializar su relación amorosa con Silvina Cupeiro en el Registro Civil de San Isidro el pasado martes 5 de diciembre. Fue una ceremonia íntima en la que participaron cuatro personas de su entorno familiar. Este sábado 9 de diciembre, la pareja preparó una gran fiesta de casamiento, acompañados por sus amigos y seres queridos. Será una boda especial para sellar el vínculo que ya lleva seis años. Y que desde hace unos minutos, está bendecida con ansiado título de marido y mujer.
“Me caso por amor”, declaró a Teleshow el conductor de los ciclos Baby en el medio (Radio Rivadavia) y Basta Baby (A24) sobre la decisión de formalizar el vínculo con su compañera de vida, quien con su alegría permanente lo mantiene a flote. Para el periodista no fue fácil volver a apostar al amor y tener una familia ensamblada, tras la partida de Adriana Paz, quien fue su primera esposa y madre de sus tres hijos, Federico, Leandro y María Paz.
Una de las características principales de Etchecopar es la sinceridad. Por este motivo fue muy directo cuando le propuso a su pareja dar el sí: “Un día le dije: ‘Che, Sil, ¿no creés que es conveniente que nos casemos?’. Me preguntó para qué nos íbamos a casar si ya vivíamos juntos, y le dije que yo necesito decir que es mi esposa, que necesito darle el título de compromiso. Porque creo que vale para eso. Y que yo valgo para eso. Entonces me dijo: ‘Bueno, nos casamos, es lo mismo’…”.
En febrero de 2016, Baby pasó por uno de los momentos más dolorosos de su vida por la muerte de su primera esposa. Durante más de 30 años, con Adriana formaron una familia unida, compartieron buenos y malos momentos, como cuando sufrieron un violento asalto en 2012, en su casa de San Isidro. El periodista y uno de sus hijos fueron heridos, y Adriana los acompañó en su recuperación. Luego, el conductor estuvo a su lado de manera incondicional durante el tratamiento contra el cáncer que ella realizó.
“Cuando enviudé, se me vino el mundo encima. Se me terminaron los proyectos. Parece mentira que lo que vos toda la vida amalgamaste para el futuro, un día se te derrumba. Se te derrumba la casa, se te derrumba la familia”, relató Etchecopar. “Yo perdí a mi mamá de grande, pero me puse en el lugar de mis tres hijos. Además, lo que era Adriana para ellos: era todo, era su continente. Se sacrificó por ellos, vivió por ellos, se mató por ellos. Y creí que ahí se acababa todo. Vos te sentás y decís: ‘Ahora, ¿cómo arranco?’. El futuro es un paredón”, agregó.
Tras esta pérdida, estuvo solo durante casi dos años. Pero, la vida o el destino le dieron una segunda oportunidad para el amor y conoció a Silvina. “Ese día sentí como que alguien me tiró una soga. Aunque primero sentí culpa. Me pregunté: ‘¿Merezco estar feliz después de lo que me pasó?’. Después, el calendario: no me queda tanto tiempo para desperdiciar. Así que ya nos encontraremos; ahora, a vivir este momento. Después la duda: ‘¿Cuánto durará este momento?’. Y después, la certeza de que era para toda la vida”.
Para Silvina también fue un desafío abrir su corazón, ya que venía de una separación y estaba acompañada por sus hijas. Sin embargo, los hijos de ambos se adaptaron a este nueva modelo de familia ensamblada. Incluso Baby no tiene dudas de que Adriana estaría muy contenta de su presente. “Cuando se estaba muriendo estaba más preocupada por dejarme a mí solo que por irse ella. Y hoy estaría muy feliz, porque fue un ser humano enorme”, opinó Etchecopar.