A los 22 años, Barbarita Páez, se convirtió en la primera Paisana Nacional de la Tradición, flamante título que ostenta a partir de ahora para representar las costumbres y aspectos culturales de su pueblo natal. Es estudiante avanzada en la carrera de Licenciatura en Trabajo Social (por la UNSJ), vive en Capital actualmente, pero su terruño, en la barriada sur de la ciudad de Jáchal, tira con fuerza, ya que sus afectos, su pasión por los caballos y los lazos familiares, la hacen sentir orgullosa. 

En la intimidad de la fiesta, la joven dialogó con DIARIO DE CUYO. Sueña con fundar una agrupación gaucha femenina, que tenga mayor protagonismo de la mujer en la Fiesta de la Tradición.

– Este momento ¿es un antes y un después? ¿Con qué intensidad lo vivís?

– Llegué hasta aquí, por el incentivo de mi familia, han tenido el anhelo que alguien de la familia se presentara y pudiera trasladar lo que se da en la casa a otros ámbitos. Para mí es un orgullo profundo ser la primera paisana nacional de la tradición. Desde que estoy estudiando en la facultad, me aconsejaban que me presentara. Pero por varias razones me veía impedida. Ahora que estoy cursando el último año de Trabajo Social y con solo 3 materias que me quedan para recibirme, el impulso de poder participar, fue mucho mayor. Tuve la oportunidad de hacer un intercambio de estudio en Chile. Pero entre las dos opciones, elegí no viajar y quedarme aquí, presentarme en la fiesta como paisana y conocer mucho más la cultura de Jáchal, desde otro lugar.

– ¿Cómo estabas vinculada a la fiesta anteriormente?

– Desde chiquita ya participaba en los desfiles gauchos y en el Fogón de los Arrieros, ya sea en la agrupación de mi papá, El Fical, en la agrupación Santa Barbara, que está mi novio. Hacía por turnos, en un año con mi papá en la columna de granaderos de Manuel Belgrano; y en la agrupación de mi novio (Leandro Villafañe), cabalgaba en la columna de Los López. Por eso mi familia me pedía que viviera el paisanado. Finalmente, el último paso, lo dio mi hermana Celina, quien me inscribió hace tres semanas a concursar.

– ¿Cómo fue todo este proceso?

– Tuve dos semanas de capacitación, la elección hace muy poco. Todo fue muy intenso. Y el momento de sentir mi nombre en el escenario como la elegida. No esperaba esto, lo importante para mí no era ganar, sino conocer y participar. Quería ser parte, nada más. Vi cualidades particulares y muy hermosas en las compañeras del grupo de candidatas. Por momentos, eran dos personas distintas las que estaban en ese momento. Salían los votos y después tomé conciencia que soy yo. Estuve muy bien acompañada por la gente de la comisión de paisana.

– ¿Qué otras motivaciones tenés a la hora de representar a Jáchal?

– Quiero revalorizar el rol de la mujer jachallera en la tradición. En mis tiempos libres me encanta cabalgar.
Es algo hermoso. Por eso mi mayor sueño es fundar una agrupación gaucha femenina. Jinetes mujeres, dar capacitaciones, juegos y cabalgatas, poder transmitir las tradiciones desde un ámbito femenino. Por supuesto, estar también un rol importante en el Fogón y sumar a Martina Chapanay al espetáculo.

– ¿Qué aspectos de esta figura legendaria te genera identificación?

– Su humildad y su solidaridad. Ella siempre pensaba en el otro.

– ¿Qué valor transmite actualmente el gaucho jachallero?

– Bueno, el gaucho apunta a la idea de la unión, con el mensaje del Fogón de los Arrieros. De poder de cohesión, de poder conversar y resolver situaciones desde el diálogo.

– ¿Esa es la visión que quieres llevar como paisana nacional por el país?

– Sí, por supuesto que me gustaría hacer.

– ¿Cómo es la mujer jachallera? 

– Durante la capacitación de paisanas, rescato lo que dijo una señora, que la mujer es como una tortita jachallera, dura y tostadita por fuera, dura, rígida y por dentro en cambio, es tierna y dulce. Creo que tiene que ver con que es muy trabajadora, aguerrida y por dentro muy sensible. Desde lo que soy yo, si tengo que trabajar vendiendo empanadas o cosechando cebolla, lo hago. Si debo estudiar, lo hago. Si debo entrevistar como trabajadora social, lo hago. En ese sentido, creo que el conocimiento y los aprendizajes que tienen las mujeres para desempeñarse aquí, es bastante amplio.

– ¿Estás atenta a las críticas que se hacen a los certámenes de reinas por considerarlas como un elemento de cosificación a las jóvenes? ¿Cuál es tu opinión al respecto?

– Como ejemplo, en Jáchal vos podés ver diferencia real que existe lo que es ser una candidata a paisana, que a una candidata a la Reina del Sol. A nosotras como jachalleras nos interesa más ser paisana que reina. Porque, creo que el hecho de poder mantener la difusión de la cultura y sostenerla desde lo general, valorizar lo que se viene haciendo en el quehacer cotidiano, que se sigue haciendo ahora, aunque con menos frecuencia. Me parece que es algo importante el rol que tenemos. Como representante de esta tradición, de las costumbres sociales, es un orgullo para todas las jóvenes jachalleras. Particularmente, yo vivo en tradición. Mi familia vive el día a día el trabajo, todo lo que se hace para generar los ingresos económicos para subsistir es parte de nuestra tradición.

– Sobre la minería en Jáchal, ¿es un tema que tienes una posición o te mantienes al margen de la discusión?

 

– El lugar que ocupo ahora es para representar desde lo cultural al departamento. Respecto al tema de la minería, prefiero no comentar. Tengo mi perspectiva en lo personal, pero por ahora reservo mi opinión.

– ¿Cuál es para vos el factor más importante de desarrollo para tu región?

– Para mí es el turismo. Porque parte de la economía del departamento, es esta actividad. La otra parte, es la producción de cebolla a gran escala, el olivo, el tomate, el membrillo. Estas dos actividades generan trabajo. Y creo que es lo que llevará adelante al pueblo. Tengo un poema de Buenaventura que guardo con cariño y dice así: ‘Venid a tanta cosa sencilla, sabia y buena; venid a nuestros valles de alcoholes de oro, de las verdes abejas y al maizal sonoro; venid a las sonrientes y frescas honduras’, es un verso muy lindo que decía Buenaventura y las dedico a los que quieran conocer Jáchal.

 

Para mostrarse natural y a tono con la fiesta, la peinadora Marianela Paredes y la maquilladora Mailen Domínguez, estuvieron en cada detalle, para los arreglos previos a la flamante Paisana Nacional.
Su madre Norma Iribarren, Barbarita, María Inés Páez, una de sus hermanas, junto a su sobrina Abigail.
La familia viviendo un emotivo momento al tener los regalos y atributos. Compartiendo una siesta entre mate y mate.

 

FOTOS: MARCOS URISA