Los artistas ganaron el concurso realizado en abril de 2018. Participaron creativos locales y del extranjero. Algunos de los más conocidos fueron Humberto Costa, Eneida Ross, García Huertas, Mirta Romero, Ricardo Bustos, Alberto Álvarez, Lisandro Vinzio, Jennifer Calderón, María Tascheret. El jurado estuvo conformado por Alberto Díaz, Leonor Riagu de Carrieri, Mariela Limerutti, Raúl Tello y la arquitecta Claudia Agnelli. (FOTOS MARCOS URIZA)

 

Quién podía imaginar, hace unos diez años atrás, que desde los residuos y materiales desechados en la vida urbana y rural, se reconvertirían en los elementos necesarios para crear una obra de arte. Y que a la vez sea parte de un recorrido cultural y temático con un propósito educativo y estético. En una gran extensión de terreno desértico, cuya superficie cubierta de más de 3 mil metros cuadrados, se erige un enorme edificio temático donde el arte con un enfoque ambiental, armoniza con el paisaje. Es el parque escultórico Anchipurac, ubicado en la zona de pie de monte de Sierra Chica de Zonda (Rivadavia), donde unas 18 esculturas junto a un mural (en la fachada del complejo) exponen la visión conceptual de creativos sanjuaninos y extranjeros (profesionales del diseño, la arquitectura, la ingeniería, el urbanismo y las artes plásticas) para promover la conciencia ecológica en el tratamiento de los residuos sólidos para un cuidado más eficaz del medio ambiente. A partir de un concurso convocado por el Gobierno de San Juan (a través de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente), durante el período 2017 y 2018, fueron presentados unos 37 proyectos bajo la consigna del uso de materiales reciclados. Finalmente, quedaron 19 propuestas que representan a uno por cada departamento de la provincia. Desde el metal, la madera, plástico, piedra, hasta elementos textiles y otro sintéticos constituyeron la materia prima necesaria en el que los artistas se expresaron utilizando técnicas y herramientas diversas en la representación de varios conceptos. Tales obras están instaladas dentro de las cuatro plazas (Agua, Sol, Aire y Tierra y Biodiversidad) ubicadas en el parque con temáticas vinculados a los elementos de la naturaleza, la geografía del lugar. Entre las temáticas abordadas son por mencionar algunas: el valor del agua como recurso hídrico importante para la vida en el oasis sanjuanino; el viento Zonda; la energía solar; la desertificación; la erosión del suelo; los ecosistemas del bioma local con sus especies y vegetación; etc.

Las tres piezas destacadas dentro del parque son "Gota del desierto" de Beatriz García Huertas; "Unidad en la diversidad" de Alberto Álvarez; e "Inversión Telúrica" de Oriol Martínez. Cuando se transita el recorrido visual, se evidencian formas y estructuras de grandes dimensiones con figuras y alegorías. Al pie de cada escultura, aparecen los nombres correspondientes de la obra y una imagen en código QR, que a través de un teléfono celular, puede escanearse dicho código en el que revela quién es el artista y la idea que trató de plasmar y transmitir. Las visitas guiadas se pueden realizar en forma individual o grupal. Hay que solicitar un turno a través del sitio web oficial de Anchipurac. Teléfonos: 2644791840. Horarios de 8.30 a 18.30 de lunes a viernes, y de 9 a 18, los sábados. Los domingos el parque está cerrado. Para llegar, el parque se ubica por calle Agustín Gómez s/n en La Bebida. El acceso al predio se encuentra sobre avenida Ignacio de la Roza entre calle Comercio y la vía de acceso al Hospital Julieta Lanteri.

 

Soplo. Por Claudia Ceminaro. Hace honor al movimiento del aire y la tierra. Las aspas de un molino que se forma en cámara lenta en lugares desérticos cuando el polvo o hierbas locales se envuelven con el viento.  
Inmersión Telúrica. Por Oriol Texidor. El artista danés hace un corte vertical de la tierra y se notan diferentes capas y añade la silueta vacía de una figura humana y habla de cómo es el lugar que habita. 
La biodiversidad ¿es en sí? Por Eduardo Mirats. El autor muestra cómo la biodiversidad no solo la componen los elementos básicos de cualquier ecosistema, sino que quedan incluidos los restos de la actividad humana.
Unidad en la diversidad. Por Alberto Álvarez. Apela a la coexistencia de elementos diferentes que finalizan o continúan como un conjunto. Alrededor de cuatro pilares, lo rodea un vórtice, el quinto elemento: la belleza. 

 

Bitácora en botella. Por Jesús Ortiz y Amanda Yantorno. La obra alude a un reloj de arena, establecido como insignia de lo pasado. La huella del hombre repercute como problemática de acumulación a través del tiempo.
Naturaleza en evolución. Por Lily Wicnudel y Ana Repetto. Inspirada en los elementos de la flora, con un aspecto orgánico. En un ambiente semidesértico, un elemento orgánico genera un mensaje de bienestar.

 

El arquetipo. Por Lisandro Vinzio Maggio. La escultura del sanjuanino está dominada por fuertes formas geométricas. Habla de la naturaleza humana como transformadora, pero el hombre incide sobre su medio

DATO

Hoy jueves 26 a las 16 se proyectará la película "La Princesa Mononoke" con una charla debate sobre el contenido de la misma como mirada oriental del medio ambiente. El sábado 28 de septiembre, a las 19 se hará la presentación del parque y la entrega de premios de los artistas ganadores del concurso. Participará la Orquesta Escuela y el Coro Arturo Beruti. La entrada es libre y gratuita. 
 

Alegoría a la vida. Por Jennifer Calderón. La artista salvadoreña se inspira en la posibilidad de estar en un lugar donde la vida siempre tenga un principio, donde cada elemento se adapte a cualquier cambio.
Clamor de la Tierra. Por Mirta Romero. La escultora pretende simbolizar con esto la unión de la trinidad del ser, unidad del cielo y la tierra. Donde la tierra queda simbolizada en la montaña y el rayo que abre el espacio creando dinamismo y tensión.
De cumbres y de valles. Por Facundo Bustelo Tejada. El artista sanjuanino apela a la representación de la altura de distintas zonas de la provincia. Representa a través de macizos de tierra compactada la altura de los departamentos y del Valle del Tulum.
Flor del desierto. Por Humberto Costa y Raúl Eduardo Portillo. La escultura muestra aberturas y transparencias que permiten relacionar al entorno con el espectador. La obra refleja la forma de una flor, abrazando la luz que provee el sol.
Hasta florecer. Por Roxana B. Viotto. La artista cordobesa ofrece un propuesta que intenta convivir en comunión, siendo parte simbólica con los elementos naturales existentes en el lugar; agua, tierra y aire.
Geo y Eolo. Por Luis Martínez. El viento es protagonista de esta obra dinámica ya que mueve tanques de 200 litros (cortados a la mitad) y pintados de colores primarios, lo que posibilita que el molinete se vea blanco cuando corren fuertes vientos.
La huella humana. Por Elisa Dall’Occhio. La obra evoca una sección de tronco representando simbólicamente los árboles que desaparecen día a día por la tala bosques nativos. Las formas de los anillos se asemejan a una huella digital.
Gota del desierto. Por Beatriz García de Huertas. La obra de la artista sanjuanina está compuesta por cerca 5.000 latas dispuestas en 206 triángulos. La autora rescata estos materiales de la basura para otorgarles un valor plástico y una función constructiva. 

 

Oda al agua. Por María Candelaria Tascheret. La obra tiene la vocación de perseguir la luz, de buscar la sombra del cemento, el balance de lo macizo y lo pesado contra lo liviano y lo transparente. 
Evocar. Por Eneida Rosso. El mural ubicado en la pared de ingreso a Anchipurac contiene figuras alegóricas con iconografía de los pueblos originarios, incrustadas en sobre relieve con una trama tejida.
Viento, Sol y Luna, de Natalia Abot Glenz. Un reparo a los visitantes del parque, quienes pueden tomar asiento en el interior de la obra para resguardarse del sol. Está vinculada a los tres elementos que están en el parque.
Resurgimiento. Por Nave de Piedra (Martín Fernando Quiroga, Gerardo Mureddu, Francisco Godoy). Una figura humana con una herramienta para labrar la tierra, que evoca el trabajo por el lugar donde está parado.