Luego de haber aceptado dar el "sí quiero" al insistente Ryan O’Neal -su intermitente pareja desde los ’80 y padre de su único hijo- y sin saber si pudo concretarse, ayer falleció Farrah Fawcett, la actriz que todos recordarán como uno de Los Angeles de Charly, serie que la lanzó al estrellato y a través de la cual se consagró como un sex symbol de la época. Fawcett, que el lunes pasado volvió a ser internada, padecía un cáncer anal diagnosticado hace tres años, con metástasis en hígado. Su entorno confirmó que ya no quedaba nada por hacer y que había recibido la extremaunción en el sanatorio de Los Angeles.
La noticia de su enfermedad se hizo más conocida el mes pasado, luego que la NBC lanzara un documental -Farrah’s Story- donde narra la dura batalla de la actriz, quien dio su consentimiento para grabar y emitir imágenes de su tratamiento. El especial comienza el día en el que Farrah llevó su cámara al consultorio, justo cuando el médico le dice que el cáncer, que creían superado, había reaparecido.
"No quiero morir de esta enfermedad. Así que le digo a Dios que realmente es la hora para un milagro", expresó -sin temor a exponer el notable deterioro físico- quien supo hechizar con su belleza, incluso varios años después de su apogeo: En 1995, la revista Playboy la convenció para posar desnuda, cosa que jamás había aceptado, en un número que se convirtió en el más exitoso de la década.
Quién es esa chica
Hija de una ama de casa y un empresario petrolero, Ferrah Leni Fawcett nació el 2 de febrero de 1947 en Texas. Fue una destacada atleta estudiantil hasta que en los ’60 su belleza la llevó al mundo del modelaje. En 1976, una foto tomada por Bruce McBroom le cambió la vida. Allí aparecía con sus enormes ojos celestes, su radiante sonrisa, jugando con su cabello y vestida con un traje de baño rojo. La foto -hecha poster- vendió más de 12 millones de ejemplares y se convirtió en el ideal de belleza de la década: mujeres de todas las edades y orígenes imitaban su estilo y sobre todo su peinado. Inmediatamente, la rubia fue convocada por el productor Aaron Spelling para integrar -como Jill Munroe, junto a Jaclyn Smith (Kelly Garrett) y Kate Jackson (Sabrina Duncan)- Los Angeles de Charly, la primera tira de acción protagonizada por mujeres. Pero Fawcett la abandonó un año después, en la cima del éxito. Sus exigencias económicas eran mayores que los 10 mil dólares por episodio que cobraba. El desencuentro acabó con una demanda y fue sustituida por Cheryl Ladd (que hacía de su hermana menor, Kris); pero Fawcett volvió a aparecer tres veces más, como resultado del fallo judicial.
Tras esa época, interpretó varios papeles, algunos muy buenos (como la esposa golpeada en The Burning Bed, la víctima de una violación en Extremities, la esposa infiel de un predicador en The Apostle y una mujer mentalmente inestable en Dr. T and the Women), pero ninguno pudo superar en repercusión a Los ángeles de Charly (en el 2000 llevada al cine en una olvidable versión con Cameron Diaz, Lucy Liu y Drew Barrymore).
En cuanto su vida personal, y pese a ser una de las mujeres más deseadas de la industria, sólo tuvo dos amores "en serio": el también actor Lee Majors, de quien se divorció en 1979. Y O’Neal, con quien comenzó una relación tres años después y hasta los 90, aunque siguieron viéndose. De hecho, Ryan -recordado por Love Story (donde su chica fallece de leucemia, enfermedad que él superó en la vida real) y quien estuvo a su lado- reveló en una entrevista programada para hoy en el canal ABC, que Farrah era el amor de su vida y que le había pedido matrimonio, a lo que ella había accedido por primera vez. Farrah y O’Neal tuvieron un hijo, Redmond, de 24 años, que no pudo acompañar a su madre ya que está preso por delitos con drogas, aunque le habló por teléfono. "Le dijo que la amaba y le pidió perdón", contó Ryan (68), quien respecto a la muerte de Farrah dijo "Es otra historia de amor. Pero yo no sé cómo actuar en esta".

