Foto Marcos Urisa
"¡Bravísimo! ¡Chicos, buenísimo!" dice desde la silla ubicada en el proscenio Mauricio Wainrot, quien esta semana llegó a San Juan directo desde Polonia (tierra de sus padres), donde lo convocaron para dirigir un tríptico. "Me encantó la danza de las mujeres", subraya; y todos se miran, sonríen y aplauden. Son palmas sin estridencias, como de "¡vamos!", de "¡valió la pena tanto esfuerzo!". Pide ver otro momento de la obra. "Así, muy bien, pero déjenlas caer, no tengan miedo, se agarran al final" marca, mientras en el escenario todas las parejas prueban una y otra vez el movimiento. Pasa a otra escena y, detallista, corrige el cuadro como si se tratara de un avezado pintor: "No la levantes tanto de ese lado, porque se ve torcida", señala entre ajustes casi de relojería. "No bajes la cabeza, quiero verte los ojos, la mirada", requiere a otra. El clima es amable y él aporta su buen humor, que no le quita lo exigente. Los bailarines están concentrados y se respira respeto absoluto. Así, detalles más o menos, son las siestas en la sala principal de Teatro del Bicentenario, donde 30 bailarines (20 son sanjuaninos) ensayan a diario El Mesías, obra de Wainrot sobre música de Haëndel; la nueva gran apuesta del Teatro que se verá los días 26 y 27 de julio (ver aparte).
Reconocido profesional, director durante 17 años del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín -época en la que la compañía alcanzó "el mejor nivel de la Argentina", expresa-, es la primera vez que arma una obra suya en la provincia. Y nada menos que El Mesías que él mismo describe como "muy difícil". Creada en los ’70 para el Royal Ballet de Bélgica, en 1999 estrenó en Buenos Aires y luego la montó con ballets de primera jerarquía de una quincena de países, entre ellos Suecia, Canadá, Italia, Chile, México y Uruguay.
Pero traer una obra suya a San Juan no es el único "debut" de Wainrot en estas tierras. Nunca antes hizo El Mesías con un elenco "ad hoc", armado con bailarines de distintas procedencias elegidos por audición, como ahora. Y las dudas eran grandes, tanto que en un momento hasta barajó la idea de modificar el programa porque no quería bajar el nivel más allá de un límite razonable, reconoció en charla con DIARIO DE CUYO.
"Primero no teníamos la cantidad de varones que se necesitaba, que era lo básico; y además este grupo se armó para la obra, entonces no había una unidad estilística, que es lo que uno necesita cuando hace este tipo de obras", explica. Sin embargo, el trabajo y las ganas pudieron más. "En un par de horas vi algunos cambios que me daban indicios de que podía llegar a ser y tanto interés… sentí que valía la pena jugarse y les dije a Eduardo (Savastano, director general del TB) y a Silvana (Moreno, directora artística), que han hecho un gran esfuerzo también, que bueno, que la hacíamos. Fue un voto de confianza a todos", cuenta. Y quizás ahí esté la raíz del sorprendido "¡Bravísimo!" que suelta más de una vez. Y la de los aplausos de los bailarines, exhaustos y felices, comandados con solvencia por la sanjuanina Victoria Balanza junto a Gerardo Marturano, protagonistas y asistentes del coreógrafo, quienes ya la bailaron con la troupe del San Martín.
"Es una obra compleja porque soy un coreógrafo que ama el movimiento y es como muy barroca, no son movimientos fáciles; y además todos tienen destaque. No es una obra adonde hay 3 o 4 bailarines en roles importantes y un cuerpo que hace relleno. No. Aquí bailan todos, el grupo tiene algo que decir; pero lo maravilloso es que todos han crecido de una manera increíble. Tanto que es una pena que no se aproveche más este material, que no tenga continuidad…", reflexiona el coreógrafo. Y continúa: "Cuando veo que el otro se apropió de la obra, tengo una profunda emoción y un profundo orgullo. Es, para mí, como que se ponen los pantalones largos".
– Y a días del estreno, Mauricio, ¿cree que este grupo se puso los pantalones largos?
– Sí, cien por ciento. Ayer me emocioné tanto, lo dije. No me esperaba que me guste tanto. Además me encanta verla en este teatro extraordinario.
EL DATO
- El Mesías. Viernes 26 y sábado 27 de julio, a las 21.30 en el Teatro del Bicentenario (Las Heras 430 sur). Entradas $200, $500, $700 y $850 en boletería y en www.tuentrada.com.
> Detalles para tener en cuenta
Inspirada en el Oratorio de Häendel, con vestuario y escenografía de Carlos Gallardo; El Mesías fue creada para el Royal Ballet of Flanders (Ballet Real de Bélgica) en una versión más corta que la actual. La composición abarca 34 de los 53 temas de la conocida obra de Haëndel, incluido el Aleluya, pero no "narra" la pieza musical, sino más bien exalta su espiritualidad.
Según explicó el coreógrafo Mauricio Wainrot, como una de las grandes figuras de la danza contemporánea argentina, "El Mesías representa una mirada a nuevas y viejas utopías, hacia nuestro interior. Una necesidad de volver a escuchar nuestros más íntimos silencios y acercarnos a los otros, especialmente a los seres que amamos, que comparten nuestra historia y nuestro destino. Ha sido una experiencia personal que me conmueve y que intento compartir con todos", dijo en referencia a la obra que se estrenará en la provincia.