Actores de raza, armaron un par de personajes que desde el primer capítulo se metieron a los televidentes al bolsillo, erigiéndose en las principales figuras de la historia. Lito Cruz, como el inescrupuloso Oscar Nevares Sosa; y Leticia Brédice en la piel de la desequilibrada Verónica San Martín, arrasaron en las preferencias del público, que no tardó incluso en armarles tronos en las redes sociales. San Juan no fue la excepción. A través de una encuesta, más de 1.300 lectores de DIARIO DE CUYO online pusieron a la pareja artística en el podio del los favoritos de la ficción, que esta noche bajará el telón. Y lo hará tras un penúltimo capítulo, impecable y de gran impacto (¿y difícil de superar?): frente a frente por última vez, Oscar y David Nevares Sosa, padre e hijo, se confiesan. Cerrando una charla donde la aparente serenidad y las lágrimas no hicieron más que acentuar el sórdido dramatismo, el muchacho saca un arma, la introduce en su boca y dispara. Así se despidió otro de los personajes más aclamados por la teleplatea: el atormentado David, otro maravillosamente encarnado por Luciano Cáceres, quien es el segundo mejor rol masculino según los lectores de este diario. Le siguen Andrés Bilbao (Pablo Echarri) en tercer lugar y por ahí cerca, Octavio (el joven letrado que catapultó otra revelación, Ludovico Di Santo).
¿Y por el lado de las mujeres? Sus frases convertidas en ringtones, furor en YouTube y grabadas a fuego en sus fanáticos (¿quién no bromeó con sus "nena mala", "bolchevique barata" o el agudo "Armeniaaaa") fueron apenas gestos de una actuación que sin dudas permitió redescubrir a Brédice y hasta, podría decirse, marcó su renacimiento artístico. Siempre impecable, Verónica se alzó cómoda con más del 65% de quienes respondieron a la encuesta. ¿Atrás? Otra joyita en miniatura: la Alma Bilbao de Maite Lanata, quien conquistó a más del 20% de los votantes. Varios pasos detrás quedaron la especuladora Greta (Mónica Antonópulos) y la justiciera Mariana (Paola Krumm); y luego la ambiciosa Erica (Calu Rivero) y la sumisa Armenia (Armenia Martínez).
Más allá de la historia, la estética y el modo de narrar; y la fuerza del elenco y de sus desapacibles criaturas (más de una vez el reparto se comió a los protagonistas) jugaron a favor de la tira, que si bien nunca pudo superar a su rival en las mediciones de Ibope (que no extiende su conteo al grueso del país), seguramente quedará entre los mejores productos de la televisión argentina; y cuyos artistas darán que hablar en la próxima edición de los Martín Fierro, si hay justicia.
