Con una asistencia récord para un miércoles, Abel Pintos y Los Huayra convocaron a más de 24 mil personas en la séptima velada de la 53º edición del Festival Nacional de la Doma y el Folclore en Jesús María.
2.20 subió al escenario Martín Fierro Pintos en medio de un griterío que pocos artistas en la historia de la música argentina conocieron. Elvis o The Beatles narraban que el griterío agudo les impedía, en algunos momentos, escuchar sus propios instrumentos. Abel podrá decir alguna vez que tuvo un privilegio parecido: escuchar a una multitud gritar hasta elevar los decibeles a límites peligrosos para el oído.
Desde el arranque con Asuntos pendientes, pasando por Como te extraño, Pájaro cantor, El adivino, hasta llegar a los imbatible 0ncemil y Sin principio ni final.
El campo era una marea de aromas dulces, de suspiros, y de lágrimas. Poblado de jóvenes y no tan jóvenes que cantaban a viva voz cada estrofa de No me olvides, Aquí te espero, Tiempo, Mariposa.
Cambios de vestuario, gestos ampulosos y con cierta delicadeza fueron desandando el show que duró alrededor de dos horas y dejó a las fanáticas exhaustas de amor
Dos perlitas fueron los momentos en que Abel hizo subir a Los Huayra para convertirse en un quinteto prolijo y armonioso, y cuando invitó a Fabricio Rodríguez para hacer una potente versión del clásico de León Gieco, Pensar en nada.
Fueron más de 23 temas desandados sin apuro, con gozo y sabiendo que la noche había sido definitivamente conquistada.