Italia, 11 de enero.- La legendaria actriz sueca Anita Ekberg, inmortalizada por Federico Fellini en "La dolce vita" (1960), falleció el domingo cerca de Roma a los 83 años de edad, indicó la prensa italiana.
Según la versión electrónica del diario La Repubblica, la sensual actriz falleció en una clínica en Rocca di Papa, en la provincia de Roma, donde estaba hospitalizada.
Kerstin Anita Marianne Ekberg, hija de una estibador, nació el 29 de septiembre 1931 en Malmoe. Fue la sexta de ocho hijos.
En 1950 fue elegida Miss Suecia, y fue luego candidata a Miss Universo en Estados Unidos. No lo logró pero John Wayne le ofreció su primer papel.
Tras cinco año en Hollywood, Anita Ekberg recibió el Globo de Oro en 1955 de la mejor actriz revelación por su papel en "Blood Alley" de William A. Wellman y en 1956 participó en "Guerra y Paz" de King Vidor.
En 1960, Ekberg ‘rompió’ la pantalla en la "La Dolce Vita", donde su baño con un vestido largo en la fuente romana de Trevi seduciendo a Marcello Mastroianni y a millones de espectadores.
Llamada hasta entonces "el iceberg", un escultor hizo de ella una "venus de Hielo" y la actriz ganó el apelativo de "bomba sueca".
Anita Ekberg era físicamente tan espectacular que el cómico Bob Hope dijo en una ocasión que los padres de la actriz habrían merecido el Premio Nobel de arquitectura.
Ekberg también protagonizó varias películas italianas, entre ellas "Boccacio 70" (1962), co-dirigida por Fellini y Vittorio De Sica, y también interpretada por Sofia Loren, o la "Intervista" (1987) de Fellini, también con Mastroianni, en la que la actriz sueca interpreta su propio papel.
En 2011, la prensa reveló que a sus 80 años, tras medio centenar de películas, la exestrella de cine se había visto obligada a pedir ayuda financiera a la fundación Fellini. Anita Ekberg vivía entonces en una residencia de ancianos, cerca de Roma, tras sufrir una fractura del cuello del fémur.
Ekberg estuvo casada dos veces, con el actor británico Anthony Steele (1956-1959) y con el actor estadounidense Rick Van Nutter (1963-1975).
En los últimos años de su vida dijo al diario Il Corriere della Sera que se sentía "un poco sola" pero sin arrepentirse de haber "amado, llorado y enloquecido de felicidad".