En una nueva versión, Los Tres Mosqueteros que hacen blandir sus espadas al servicio de la corona aterrizaron en el cine con una buena munición de efectos especiales, para recrear los enfrentamientos de los famosos espadachines contra los enemigos de Luis XIII. Un tonel de fantasía imposible para esa época, como los imponentes barcos voladores, en teoría diseñados por Leonardo Da Vinci.

Las actuaciones buenas, aunque ninguna que sea un brote de supremacía interpretativa. Novedoso el artilugio para sacarle jugo al 3D mostrando el mapa de Europa como si fuese el tablero del TEG y la acción bien llevada. Lo que deja con gusto a poco es el guión donde el conflicto -que en un comienzo se plantea complejo con la conspiración para derrocar al rey- es resuelto en cuestión de minutos por el joven D’Artagnan que se incorpora al trío de valientes guardianes para luchar en pos de Francia. Mucho ruido y pocas nueces.