En el Rock Fest 2022 (realizado en el Costanera Complejo Ferial), Piti Fernández dio las primeras señales de cuál era el rumbo que estaba tomando con la Gira "Caminos Bríos". En su faceta solista, como con Las Pastillas del Abuelo, el blues y el country se erigieron como las claves importantes de una etapa nueva, "más rutera" si se puede decir. Hace poco, en septiembre pasado, con el DominRock 2023 celebrado en Hugo Espectáculos (un festival articulado entre San Luis, Mendoza y San Juan) el cantante dejó consolidada esta propuesta sonora junto a su proyecto Los Irrompibles. En este contexto es que nuevamente volverá a la provincia el 17 de diciembre (ver DATO) con todos los muchachos de Las Pastillas para celebrar los 20 años de vida por los escenarios. Desde 2002, cuando tuvieron el exitoso y mítico hit "El Sensei", hasta la fecha, mucha agua pasó debajo del puente y hoy puede decirse que el grupo viene con una madurez rotunda en cuanto a show, repertorio y agite. DIARIO DE CUYO conversó el músico quien fue contando cómo mantiene ambas realidades: el Piti "blusero" y el Piti "pastillero".
– ¿Cómo articulás la dimensión solista con Las Pastillas, yendo y viniendo de un lugar a otro?
– Trato de organizarme repartiendo el año, un semestre para el proyecto solista y otro para Las Pastillas. Lo vengo haciendo así y está funcionando muy bien. Las Pastillas está tocando mucho por estos 20 años en todos los lugares posibles. Incluso en esta temporada estuvimos hace poco en el Teatro Vorterix y sonaron 24 temas de country y blues. Los chicos de Las Pastillas se sumaron y subieron conmigo a tocar "Historias", un country de muchos años. Eso mismo, es una alegría que me regalaron mis compañeros, mis hermanos de toda la vida, que entienden de qué va la cosa.
– Cuando cantás "¿Cuál es tu norte?", ¿planteás la posibilidad de creer en un destino?
– La canción es muy rutera, el videoclip también. En parte, trata de pensar en aquello que no sabés hacia dónde estés yendo, aunque no lo había pensado así como lo preguntás y está bueno también. Pero más que en un destino o en una llegada, invita a lo meditativo del viaje, es tratar de pensar más el presente que se vive, en pensar en el propio camino.
– ¿Entonces cuál sería tu norte?
– Es el sentir rutero. Como siempre digo, mi norte es donde está la pasión. Cuando tengo a veces un disgusto o un acierto, me lo tomo con pasión. Si hay que llorar, lloro con todo y si hay que reír, río con todo. Una mueca o lágrima de cocodrilo jamás vas a sacar de mí. Todo lo que hago lo vivo con pasión, segundo a segundo y se disfruta del proceso. Entonces es por ahí donde surgen nuevos destinos.
– ¿Este "sentir" rutero tiene que ver con lo que viene haciendo Pastillas y al mismo tiempo, tu convergencia al blues y al country?
– Sí, voy cruzando las rutas tomando poesías con Almafuerte. Leyendo poco, es verdad. Admito que estoy en una etapa medio vaga, pero sí estoy escribiendo mucho. Me copé haciendo décimas andaluzas, las motos, las artes marciales, el kick boxing, el entrenamiento físico. Todo eso, más mi familia, las hijas, van motorizando la inspiración. La propia compañía a mi alrededor y por qué no, el maldito sistema en el que estamos sometidos. Todo eso me inspira a componer y a escribir.
– ¿Cómo resultó esta gira cuyana que hiciste en motocicleta recientemente?
– Fue un viaje muy particular. Hice el trayecto San Luis y San Juan con varios amigos en Harley Davidson y yo en mi Honda Shadow 750. El viaje fue alucinante, trae vivencias nuevas. Hay que tener un cierto entrenamiento porque lógicamente hay un desgaste físico, mantener la estabilidad de la moto no es fácil, provoca contracturas. Pero manejando a una velocidad crucero a 100 km/h vas bien, tiene sus cosas, pero fue un viaje que disfruté mucho. Y el viaje tiene que ver mucho con este sentir rutero, como el country. El reggae, el ska y podría decir la chacarera, tienen sus paisajes propios, pero estar subido a la moto en una ruta, es muy propio del blues.
– ¿Se percibe una energía de Pappo en este proceso?
– ¡Claro que sí! Con los años me di cuenta que lo que buscaba afuera lo tenía acá adentro y el Carpo, al escucharlo y seguirlo, me lo dio. Estaba en la búsqueda de Eric Clapton, de bluseros como BB King y el Carpo tenía todo eso en su interior y me encantó. Mucho de él está en lo que estamos haciendo, además hay chicos de la banda de El Carpo, nos dan una mano con unas canciones, subiéndose al escenario con nosotros.
– ¿Qué afinidad especial hay entre Las Pastillas y los sanjuaninos en cada show que dan?
– Me siento muy contenido cada vez que voy a Cuyo. Tanto Mendoza, como San Juan, son tremendamente pastilleros. Se produce una efervescencia total. Aunque si bien cuando estoy en modo solista-blusero la experiencia es diferente y no está el bendito pogo, por ejemplo, al final, terminamos todos enfiestados igual.
– ¿Qué expectativas visualizás a futuro? ¿Habrá otros 20 años para Las Pastillas con más metas por cumplir?
– Es una hermosa pregunta. Creo en seguir haciendo discos y canciones, en tratar de que no me corra la industria discográfica, ni me corra el gusto de la gente. Hacer lo que quiera, cuando más o menos quiera y seguir cumpliendo años, haciendo que la costumbre no mate al placer.