FOTO Daniel Arias
Desde una base musical sublime como el famosísimo Réquiem de W. A. Mozart, alza vuelo una obra vanguardista, esencialmente de danza contemporánea, pero que se nutre de múltiples lenguajes para contar una historia, o quizás miles, que reflejan hechos, personajes, costumbres y vivencias que han movilizado a su creador. Una investigación de un par de años sobre cuestiones filosóficas, religiosas, mitológicas, artísticas, históricas y más, es la columna vertebral de la propuesta del coreógrafo español Yoshua Cienfuegos, quien la tituló Réquiem, la estrenó en 2019 para el 20mo aniversario de su compañía Cienfuegos Danza; y ahora la monta en San Juan con un elenco totalmente local. Artistas provenientes de diferentes disciplinas al servicio de esta composición que estrenará el próximo 19 (ver aparte), con producción integral del Teatro del Bicentenario.
"Réquiem es un espectáculo dinámico donde todos los recursos escénicos están presentes para contar esa parte documental y biográfica que lo sustenta. Es tal vez un pretexto para hablar de muchas cosas, donde no es tanto lo que dice Réquiem, sino la intención con la que se dice, para construir la narrativa de la obra", comentó a DIARIO DE CUYO el asturiano.
"A lo largo de la pieza transitamos de la mano de los muertos, que puede ser cada uno de nosotros, el ser humano en sí, cada uno en su enfermedad, su deterioro y su plenitud. También hay personajes divinos, dioses que se quedaron vacíos… Hay drama pero también crítica, sarcasmo y hasta humor", anotó y precisó: "Es mucha información, mucha de ella muy dura, pero al final es una celebración de la vida".
Consciente de que "hay márgenes que son fuertes", Yoshua pensó que el estreno en su país podría generar polémica, pero no fue tanta y esbozó su explicación: "La obra tiene un envoltorio de lo que yo llamo surrealismo poético, esa libertad que te permite la poesía en la interpretación. Entonces hay público que se queda en la parte más estética y otro que sigue esa narrativa más dura. Según donde te quedes, es lo que puede provocar", manifestó el coreógrafo, para quien "el arte tiene que remover, la experiencia estética tiene que movilizar al interlocutor, de una u otra manera, interpelar".
"Réquiem habla de oscuridad y de luz; y seguramente no serán las mismas para mí que para los sanjuaninos, porque nuestras experiencias y referencias son distintas. Pero hay cosas que nos conectan como seres humanos", sostuvo Cienfuegos, dispuesto a preguntar, también de este lado del Atlántico "¿Qué hay de ti en esta obra?"
CREACIÓN MULTIDISCIPLINAR
Para esta pieza, Yoshua -que además es escritor- sube a escena por primera vez sus propios textos. "Me he atrevido a abrir el cajón y a ponerlos en pos de los personajes", señaló el inquieto artista, quien observó que a medida que el mundo iba saliendo de la pandemia, más producciones acudían a la palabra como recurso. "Habían como muchas ganas, desde los creadores, de dar mensajes muy directos. Aunque la palabra siempre ha estado, creo que hay como corrientes y vinculada a la danza está muy presente en varias producciones actuales que he podido ver", marcó.
Pero no solo textos confluyen al servicio de esta apuesta, que además de la danza contemporánea y del español flamenco -"aunque no la raíz tradicional, sino estilizado, desde una lectura contemporánea", aclaró- tiene un grupo de cuerdas en vivo (Elisa Montenegro, Gabriel Mayer y María Eugenia Trigo, dirigidos por Laura Lanzi), canto lírico (Santiago Martínez) y actuación (Soledad Quinto). "Un abanico multidisciplinar", definió.
"Creo que fuimos valientes en usar todo lo que creíamos necesario para construir cada escena" sentenció Cienfuegos. "No nos censuramos, no nos preguntamos qué van a pensar si usamos aquí la palabra o si nos desvinculamos de las raíces tradicionales y las llevamos para otro lado… Fue sentir qué queríamos hacer y si tal recurso era el que necesitábamos, pues por qué no utilizarlo. Réquiem tiene mucho de libertad en ese sentido y ha sido un gustazo", declaró.
MISMO SELLO, OTRA OBRA
La puesta que se trabaja en San Juan tiene el doble de artistas que la original. Y si bien allí radica una gran diferencia, porque implica un nuevo planteo, no es la más radical. Yoshua es el creador de la obra, del movimiento, de la intención; pero los trabaja desde la organicidad de cada bailarín. Por eso, aunque lleve su sello, no teme asegurar que este Réquiem es otro.
"Que sea vivenciado desde los propios recursos y experiencias de cada bailarín actualiza a Réquiem", resaltó. Y fue por más: "Me parece muy importante que sea un Réquiem sanjuanino".
Cienfuegos -que ya dictó una residencia el año pasado en el TB- volvió a la provincia con dos pilares de su compañía, Jesús Mascarós y Maynor Chaves. De manera intensiva trabajan con el joven y fogueado seleccionado local junto a Victoria Balanza, responsable del Programa de Danza del coliseo local, a quien él conoció cuando la sanjuanina era solista del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín, con el que Yoshua montó Claustrofobia.
"La partitura se completa con cada bailarín -insistió-. Ellos recogen la información pero luego la hacen propia, si no, no tiene sentido. Me gusta trabajar con intérpretes. Hay una corriente que se vuelca mucho a la formación técnica y a veces se deja de lado el alma, la habitabilidad de la obra, que al final es lo que lo identifica a un artista", analizó el investigador y especialista en Composición Coreográfica.
"Es un elenco potente, con muchos recursos y posibilidades, que de seguro va a defender esta obra sobre el escenario", valoró, a punto de soltar otra de sus creaciones. "Es lo más gratificante cuando puedo independizarme de la obra, me libera. Los bailarines son la riqueza de cada pieza, yo aporto las partituras, pero ellos las habitan", dijo Cienfuegos, que a lo largo de la charla elogió la gran experiencia que transita con el todo el equipo del teatro que comanda Silvana Moreno.
"Yo vengo a dar y a aprender también. Réquiem es también un lugar de investigación, habitado y compartido por todos nosotros. Para mí es importante que sea un ir y venir; y que juntos levantemos el telón el día 19", sonrió expectante y complacido.
Réquiem. 19, 20 y 21 de agosto, 21 hs, Teatro del Bicentenario. Entradas $800, $1.000, $1.500, $1.800 y $2.000. Descuentos: Jubilados, Ticket joven, Abono flexible. Informes al 4276439