¿Se destapó la olla? De un día para otro, Rocío Guirao Díaz decidió que era hora de abandonar la madriguera para volver a la jaula mediática ¡y cómo…! Luciendo unas curvas esculturales, con sus medidas 95-58-90 intactas (por obra de la naturaleza o con alguna ayudita, para el caso es lo mismo), hizo un regreso con gloria mostrando más piel que plumas en Noche Brillante, una producción de Manuel Cansino que sube a escena en el Teatro Mateo Booz de Rosario desde el sábado pasado.
Al parecer, la modelo estaba a punto de poner el gancho para hacer comedia en Carlos Paz pero privilegió la propuesta de hacer revista en la ciudad de su marido, Nicolás Paladini, rodeada de un elenco compuesto por artistas locales.
Ex Bailando por un sueño (2007) y ex Musical de tus sueños (2009), la sensual rubia confesó que se calza las plumas "sin ningún tipo de prejuicio".
Después de un pasado polémico cuando en 2007 puso en duda la sexualidad de Mariano Martínez, en ese momento protagonista de Son de Fierro, cuando surgió el rumor de un romance entre ambos. Aunque Rocío no desmintió, culpó al actor quien nunca abrió la boca al respecto y eso fue como un guantazo de desprecio para la muchacha.
Pero el amor con Paladini la recató un poco. Aunque Aníbal Pachano la sumó a sus filas en Pour La Gallery en 2010; y más tarde, debutó en teatro infantil bajo la dirección de Reina Reech; ella optó por bajarse para dedicarse a sus pollitos Aitana e Indio.
Sin embargo, parece que no aguantó mucho el papel de madre y dedicada esposa. Con un figurín infartante, la chica volvió para quedarse. Y para muestra sobra un botón, ya desde la marquesina del complejo se nota que no tiene problemas en exhibirse como Dios la trajo al mundo para revolucionar la mirada masculina. Los ratones saltan en una pata. (Fte: La Capital)

