‘¡Viva la patria!’, gritaron los chicos sentaditos a lo indio con todas sus fuerzas, al final del cuento que recreó la compañía Zonda y Sur integrada por Daniel Gil en la manipulación de los muñecos de técnica mixta junto a Guillermo Heredia en violín y Nelson Tejada en guitarra, estos últimos se encargaron de ambientar el relato con música de época como el pericón, notas regionales como tonadas y la ejecución del Himno Nacional. Fue en la tarde de ayer, en el Museo Histórico A. Gnecco.
Extasiados, los pequeños no se movieron de su lugar, a lo largo de la media hora que duró la función. Ellos querían saber de qué se trataba la historia… Y así fue que, peques de 3 a 12 añitos, aprendieron cómo fue que San Juan se enteró de la noticia de la Independencia, de una manera educativa y sobre todo con humor.
‘A mí me gustó cómo Tomás se enfrentó al peligro y pudo entregar la carta que traía de Córdoba hasta acá, fue el más bueno’, dijo Lautaro (7), sobre la parte en que un nene llegó en su caballo para anunciar el gobierno patrio; en tanto que a Felipe, su compañero de clases en el colegio Don Bosco, prefirió el momento ‘cuando Pedro, el español le robó la carta’, al igual que a Guillermito (de 4). Y, como ellos, el resto también tuvo a su figura preferida.
Presentada por Macedonio Fernández, el infaltable presentador del grupo, y narrada por un abuelito; los bajitos se rieron con el malvado Pedro, quien tenía la intención que la provincia no adhiriera al gobierno patrio; e idolatraron al teniente gobernador, quien fue el que le preguntó a la mini platea de quién quería depender, si de España o de un gobierno propio.
Al finalizar la obra, una situación causó la risa de los más grandes y fue cuando los niños fueron descubriendo cómo se manejaba y de qué material estaban confeccionados los muñecos. Como pelotitas saltarinas, ellos se fueron al vuelo de pájaro al retablo para ver más de cerca a los personajes de gomaespuma y varillas. Un original viaje al pasado.

