La idea se plasmó en el guión en 2018 y con la beca de creación del Fondo Nacional de las Artes, el proyecto cinematográfico de la productora Pez Dorado obtuvo su primer logro. En ese mismo año ganó el Concurso Raymundo Gleyzer, que premia las primeras producciones de realizadores argentinos y que consistió en un proceso de tutorías en guión, producción y dirección llevado a cabo el año pasado. En 2019 el guión participó en el Foro de Coproducción Europea "Ventana Sur", en 2020 fue seleccionada para el Colombia Lab Guión y en 2021 entró en la preselección de Hubert Bals Fund, un fondo curatorial dedicado a apoyar a cineastas de África, Asia, América latina, Medio Oriente y Europa del Este. Tras esa enriquecedora previa, ahora la película "El agua nunca dolió" iniciará su fase de producción y de cara a esta instancia, Ana Bustelo y Tatiana Oruste -en la dirección y producción ejecutiva- abrieron el casting para actrices y actores interesados en ocupar los roles protagónicos del que será su primer largometraje de ficción, que comenzará a grabarse en febrero de 2023.

En esta etapa, las realizadoras sanjuaninas están recibiendo materiales audiovisuales de niñas de 7 hasta 10 años de edad, para el papel principal "Juana", y hasta el momento ya tienen unas 15 propuestas. La convocatoria terminará el 2 de mayo y a través de una instancia de preparación actoral a cargo de Pilar Mestre, se realizará la selección, a finales de mayo y principios de junio. En paralelo, anunciarán los llamados para el resto de los roles, todos remunerados puesto que tendrán el respaldo del INCAA, de otras instituciones y organismos públicos, como también, de co-productoras y patrocinadores privados. 

Una escena del teaser que fue presentado al Foro de Coproducción Europea Ventana Sur.

La ópera prima es un drama intimista que narra la historia de Juana, una nena que sufre un accidente y debe ser intervenida quirúrgicamente. La pequeña tiene el desafío de afrontar esa realidad desde su inocencia. La propuesta ficcional parte inicialmente de una experiencia vivida por Bustelo, quien comentó el núcleo del relato que se llevará a la pantalla grande. "Este drama está inspirado en mi vivencia personal. Cuando era muy chica tuve problemas y no podía caminar. Me importa contar ese transitar doloroso que tuve que afrontar desde la mirada de la infancia. Cómo, desde el cine, representar a niñas y niños, a qué información acceden ellos, qué se les dice y qué se les oculta; porque todo eso repercute también en lo corporal. Son cuestiones que pueden ser simples o básicas, pero a la vez muy importantes para la edad. Por eso nos animamos a hablar sobre la infancia", dijo la directora a DIARIO DE CUYO.

Aunque no tengan todavía una fecha de estreno, dado que el recorrido entre producción, rodaje y posproducción es bastante complejo de planificar, uno de los objetivos que tiene la ópera prima es entrar en los circuitos de festivales nacionales e internacionales. "Este film, que se realizará en la provincia, se convertirá en un antecedente importante en el área de la ficción, porque el guión viene potenciado y mejorado gracias a las tutorías recibidas en el INCAA por profesionales destacados de la industria. Gracias a haber ganado el concurso Gleyzer, contaremos con fondos del Instituto que, al ser una primera película, no requiere de calificación o puntaje para ser aceptada", agregó la realizadora. No obstante, lamentó que en la actualidad el concurso no siga vigente y que no haya más convocatorias para dar oportunidades a nuevos proyectos de realización audiovisual, ya que el concurso tenía un carácter federal.

"Con los cambios de gestión y los problemas suscitados en el Instituto, que están hoy visibles públicamente, el concurso no se renovó. Para hacer una película resulta muy necesaria la sostenibilidad y la autarquía del instituto; y contar con el aval del mismo, es importante. Si el propio país no confía o apoya la realización del cine, se torna muy difícil conseguir el respaldo de otras fuentes del exterior; por eso el instituto vale mucho", opinó Bustelo. 

Respecto a la crisis que atraviesa el organismo -entre varias razones con la amenaza de perder sus fondos específicos por el vencimiento de la ley 27.432 en diciembre de este año- Ana manifestó: "El instituto abre las puertas para que realizadoras y realizadores de las provincias del país, como nosotras, puedan participar, emprender una carrera, de educarnos y de contar con respaldo para producir las primeras películas. Estamos dolidas con lo que está pasando en este momento y ojalá que las acciones iniciadas puedan escuchar las demandas del sector y que la industria nacional salga adelante, porque sin Instituto, el cine argentino se muere", sentenció.