Con esa sonrisa inigualable y la frescura de siempre, Julia Roberts cumplió 55 años ayer y se la ve radiante y auténtica.Lleva 32 años siendo famosísima, un ícono de la industria del cine estadounidense y una de las actrices más rentables.’La novia de América’ la llamaron después de la seguidilla de comedias románticas y relaciones personales frustradas.
Ganó un Oscar por Erin Brockovich, filme por el que cobró un cachet de 20 millones de dólares, decenas de premios y nominaciones más.
En el 2000 se cruzó en su camino Danny Moder. Se casaron en el 2002 y dos años después fue mamá de los mellizos Hazel y Phinnaeus; en 2007, tuvo a Henry Daniel. Pasó 18 años dedicada a su familia, sin pena se declaró ‘ama de casa’ y admitió sin dudar que no sólo no le gustaban los guiones que le traían, sino que tenían que ser lo suficientemente buenos como para alterar el complejo esquema familiar.
Este año regresó a la pantalla con Ticket to paradise, junto a su amigo George Clooney y demostró que su talento para el género sigue intacto, pero también que ella supo salirse del estereotipo y vivir la vida como quizo vivirla.
‘Si hablamos de valores, la familia es lo único que importa. La fama es una brisa pasajera. Lo importante es tener una piedra de toque que te recuerde quién eres. Con esa convicción, Julia Roberts, brilla.
LOOKS
No le tiene miedo a los cambios de color ni a los peinados, pero se mantiene en un rago similar a través de los años. Desde siempre el "nude’ es su aliado en el maquillaje.