Abajo del escenario, había hambre de festejo. Y arriba, ganas de complacer. Por eso, bastó que La Mosca comenzara a revolotear, para que los maestros -de todas las edades, escuelas y jerarquías- que se habían reunido a esperar su día en Luna Morena (el viernes por la noche) echaran a rodar una verdadera fiesta, que se prolongó hasta la madrugada del sábado, a puro ritmo.

Finalizada la cena y apenas el energético Guillermo Novellis y sus nueve sintonizados músicos rompieron el hielo, la noche se levantó en un puñado de hits en medio de los cuales, el carismático líder del combo -erigido en un verdadero showman que exhibió su mejor humor y un estado físico envidiable- propuso juegos, bailes, canto y hasta el viejo y querido trencito, que con él a bordo, fue zigzagueando entre las apiñadas mesas. Los señores del público pusieron lo suyo, sí, y también bailaron, cantaron y se anotaron con las palmas. Pero las más divertidas, sin duda, fueron las damas, producidas para la ocasión, y que sin escatimar calzas, minis y tajos, movieron el esqueleto generosamente, alentadas por Novellis; mientras el resto se sacudía como podía entre las sillas -donde también se armó bailongo- y le sacaba el jugo a las cámaras de los celulares.

"Muchachos, esta noche me emborracho bien" cantaba Novellis levantando la temperatura de la platea, cosa que no llevó demasiado tiempo, ya que para el siguiente tema, y cuando la muchachada docente coreaba a viva voz "todos tenemos un amor que nos complica la vida", más de uno comenzó a pelar abrigo.

No faltó, claro, el homenaje especial del vocalista a los maestros, para quienes -en una suerte de paréntesis- entonó algunas estrofas del Himno a Sarmiento, luego de lo cual arengó "¡Ahora sí, todos a bailar!" ¡Y ni que lo hubiera ordenado el Maestro de América!

Hoy estoy peor que ayer, Te quiero comer la boca (que hizo a viva voz con coro masculino, dedicado a las chicas) y Para no verte más fueron redondeando un show que lució una banda al rojo vivo y un espontáneo y dispuesto cuerpo de baile -"que ya está para Tinelli", como bromeó-. Y en el que hasta la titular de UDAP, Graciela López, se animó a menearse sobre el escenario, desde donde -con la posta del Yeyo- siguió la fiesta.